Un operativo realizado el fin de semana en Boca San Carlos y Boca Tapada, comunidades fronterizas con Nicaragua, permitió la incautación de 11,3 kilos de carne de tepezcuintle (Cuniculus paca) cocinada y cruda, para la venta.
Este mamífero está considerado en Costa Rica como una especie con "población reducida o amenazada”, según fue establecido en el 2017 por medio de la resolución N° SINAC-CONAC-092-2017, debido a los niveles de extracción y comercialización ilegal de su carne.
Las autoridades también decomisaron 14,7 kilogramos de camarón (entre tenazas y camarón entero) y 10 trampas para la captura de este crustáceo.
Durante las acciones se lograron identificar en la zona, ubicada en el distrito de Pital de San Carlos, al menos tres sitios donde se mantenían los productos de procedencia ilegal y cuyo objetivo era su comercialización.
“(...) La zona, a pesar de su gran belleza natural, presenta un incremento de actividades ilegales como trasiego de nicaragüenses (coyotaje), ingreso de indocumentados, venta e ingreso de mercancía ilegal de Nicaragua (licores, medicamentos), cacería ilegal, venta de carne silvestre y camarones de río de procedencia ilegal”, comunicó el Ministerio de Ambiente y Energía, en un boletín.
Los productos decomisados fueron destruidos y enterrados en el vertedero municipal de San Carlos.
“Desde Minae, hacemos un llamado a las personas, empresas turísticas y visitantes ocasionales a no consumir productos de procedencia ilegal, ya que sino promovemos el consumo, no habrá venta y con ello permitiremos la recuperación natural de las poblaciones afectadas”, advirtió esa cartera.
Carne codiciada
Los tepezcuintles son animales grandes, que pueden llegan a pesar entre los 10 y hasta 15 kilos y casi el 90% de lo que consume son frutas.
La razón por la que estos mamíferos son cazados no tendría nada que ver con la obtención de trofeos o por cuestiones de venganza, como sucede con otras especies.
"Por ejemplo, porque se metió el jaguar y se comió las vacas”, mencionó José Daniel Ramírez, biólogo en la fundación Costa Rica Wildlife.
“Su carne se sabe que es de un muy alto contenido calórico y proteínico”, añadió el experto, quien también considera que la práctica se mantiene actualmente por un asunto de tradición y no tanto por necesidad de quienes consumen la carne de este mamífero, exceptuando el caso de los habitantes de reservas indígenas.
“Otra gente también lo hace por el deporte y el morbo de ver a qué sabe la carne de tepezcuintle”, dijo.
Ramírez explicó que estos mamíferos no esconden alimentos para momentos de necesidad, “entonces, lo que hacen es comerse todo lo que pueden, almacenando dentro de ellos mismos las reservas energéticas en forma de grasa”, lo que también influye en la calidad de su carne.
Los tepezcuintles son animales solitarios, se reproducen una vez al año, generalmente solo tienen una cría y son criaturas monógamas (una sola pareja).
La tasa reproductiva es otro de los factores que las vuelve vulnerables, de acuerdo con Ramírez, ya que “no es tan rápida como para que se puedan ir renovando los animales que se van perdiendo”. Las crías permanecen con la madre hasta por un año.