Investigadores del Jardín Botánico Lankester de la Universidad de Costa Rica (JBL-UCR) descubrieron dos orquídeas miniatura, nuevas para la ciencia.
Sus nombres son Specklinia barbelifera y Specklinia tirimbina. Estas pertenecen al grupo Specklinia brighamii y son endémicas de Costa Rica. Se dice que una especie es endémica cuando se distribuye en un ámbito geográfico reducido y que no se encuentra de forma natural en otras partes del mundo, por lo que estas serían propias de nuestro país.
En este caso, es común encontrarlas en las elevaciones de medias a bajas en la cuenca del Caribe central costarricense.
Estas orquídeas miniatura tienen flores muy pequeñas, de un centímetro o incluso menos, por lo que muchas veces pasan desapercibidas a la vista humana cuando se camina cerca de ellas.
Los hallazgos fueron publicados en la revista científica Pytotaxa, que reúne las descripciones de diferentes investigaciones con flores.
Años de análisis
Describir especies nuevas para la ciencia es un proceso complejo que no siempre es ágil, eso sucedió con la Specklinia barbelifera. Los científicos Adams Karremans y Diego Bogarín la hallaron en el 2012, en el Parque Nacional Barbilla, en la cordillera de Talamanca, en el cantón de Siquirres.
En aquel entonces, los especialistas en Botánica del JBL-UCR no sabían que se trataba de una planta del género Specklinia diferente a las otras.
“A veces toma tiempo darse cuenta que una especie no tiene nombre porque hay que compararla con todas las especies conocidas y los documentos originales de algunas son difíciles de entender”, indicó Karremans en un comunicado de la UCR.
El nombre barbelifera se refiere a las barbitas que tiene la especie y también alude al nombre del parque nacional donde fue descubierta.
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Con la Specklinia tirimbina el análisis fue más rápido, pero igual de riguroso, tomó años desde el momento de su descubrimiento hasta su publicación oficial.
Su nombre es en honor a la Reserva Biológica La Tirimbina, una área de conservación privada que se ubica en Sarapiquí, donde se encontró.
“La historia de cómo encontramos la Specklinia tirimbina es curiosa. En abril del 2016, Marco Cedeño, un estudiante de maestría de la Escuela de Biología y del Jardín Botánico Lankester, y Emmanuel Ley, uno de los naturalistas de la Reserva Biológica La Tirimbina, encontraron la planta. Marco la llevó al JBL a sabiendas de que nosotros las estábamos estudiando y ahí se cultivó. En diciembre del 2018 me encontré la planta floreciendo en las colecciones vivas del Jardín, y como yo conozco ese grupo, supe inmediatamente que era una especie desconocida”, narró Karremans.
“Estos descubrimientos nos recuerdan la importancia de las áreas protegidas, ya sean públicas o privadas, ya que en ellas se conserva la biodiversidad nativa del país, incluso aquellas aún desconocidas por la ciencia”, concluyó el investigador.
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