El ministro Édgar Gutiérrez pensó que ya conocía el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) cuando, años atrás, participó en el proceso para diseñar una estrategia nacional ambiental y cuando planteó una propuesta de reorganización, pero le bastaron 100 días en el cargo para darse cuenta de que estaba equivocado.
“El Minae es una organización muy grande, con una temática muy diversa que, a como me la encuentro, no tiene identidad institucional”, declaró.
En los primeros meses como ministro, Gutiérrez vio que las instituciones adscritas al Ministerio, e incluso algunos de sus programas, trabajan como si fueran “repúblicas independientes”.
“Al no haber un solo foco de visualización de lo que nos corresponde hacer por ley, entonces hay una atomización de iniciativas y proyectos, hasta el punto de que se han identificado conflictos internos entre competencias”, dijo.
Por ejemplo, y según Gutiérrez, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), no reconocía a la Contraloría Ambiental del Minae. “El contralor disponía de todo un sistema para poner la denuncia ambiental.
”Cuando venían las denuncias y se trasladaban a las áreas de conservación, no se atendían en obediencia a una antigua directriz que decía que no era de su competencia”, explicó.
Para Gutiérrez, los conflictos de ese tipo hacen que la labor del Ministerio no sea eficaz, y sobre este tema conversó con La Nación .
¿Esa atomización llevó a la duplicicación de funciones?
Duplicación de funciones y proyectos. Ha llevado a que, efectivamente, los recursos, ya de por sí escasos, no se optimicen y no se tengan resultados.
”Tenemos dinámicas tan ‘entronadas’ en el quehacer institucional como que las denuncias se interponen directamente al ministro. Entonces, el ministro debe ver desde el lagarto que sale en tal playa hasta el problema de seguridad energética, cuando existe toda una institucionalidad que puede atender de una forma más eficaz y pronta a la gente.
”Incluso, aquí dentro, la gente siempre recurre al ministro porque los mandos medios y los directores no ejercen sus competencias”.
¿Eso es por culpa de la ley o es algo más operativo?
No, no, si la ley es clara. No hay que cambiarla. Es un problema de actitud en toda la Administración Pública, donde los mandos medios y directores no se comprometen; todo lo tiran hacia arriba para que lo decida otro.
”A raíz de esta actitud, la respuesta más corriente que uno escucha es ‘ah, eso no se puede’. Para todo hay un ‘no se puede’, porque es más fácil decir eso que contestar ‘ah, bueno, hagámoslo’, ya que uno está propenso a cometer errores”.
El señalamiento más común es que faltan plazas. Dada esta atomización y esta duplicación de funciones, ¿no será más bien que están mal distribuidas?
Es cierto que hacen falta plazas. La función de control y vigilancia de nuestro patrimonio natural requiere personal, pero pasa que, con esto del ‘no se puede’, tenemos gente muy ortodoxa que no ve que la ley obedece a un espíritu y uno, en Administración Pública, debe tener ese olfato para determinar qué quiso legislar ese diputado cuando se aprobó la ley.
”Una de las quejas más comunes, y en parte tienen razón, es que a muchos de nuestros parques nacionales no se les da el mantenimiento correcto; pero no tiene sentido si el escaso recurso que tenemos, los pobres guardaparques, los agarran para ir a cuidar turistas a una playa.
”Nuestros escasos funcionarios deben dedicarse a la labor sustantiva que dice la ley: la protección y la vigilancia. Es más, la misma ley nos indica que los servicios no esenciales podemos brindarlos en alianza con las comunidades. Ese es el esquema que funciona en Chirripó, Poás y Tortuguero.
”Yo no sé por qué no hemos aprendido de esas lecciones, y entonces se dice que el problema es que el comanejo no se permite por ley. Mentira, sí podemos hacer un montón de cosas”.
¿Han visualizado cómo hacer ese cambio de paradigma?
Ese cambio de paradigma sí va a ser muy fuerte en esta administración porque queremos trabajar con la gente y no a sus espaldas.
”Tengo un equipo trabajando desde lo legal, buscando opciones y aprendiendo de las experiencias de Chirripó, Poás y Tortuguero.
”Se lo digo de nuevo: lo que sí queremos es trabajar con la gente para que pueda beneficiarse del patrimonio natural del Estado.
”Viera que, en la mayoría de los casos, hemos tenido una respuesta positiva de los funcionarios. Siento que se ha entendido que es necesario tener una identidad institucional. Al final, todos somos Minae.
”Ya me reuní con todos los directores y seguiremos teniendo reuniones periódicas para potenciar cosas entre dependencias.
”Solo en materia forestal tenemos cuatro instituciones, y no se hablaban. Me reuní con ellos y les dije que quería una política nacional forestal, diseñada por todos. Bueno, ya me la presentaron”.
¿Cuáles metas se plantearon para este año?
Estamos en una fase de definición. Personalmente estoy trabajando en el ‘ideario ambiental del ministro’ para que se sepa hacia dónde quisiera que esto camine.
”La particularidad que tiene este gobierno es que no estamos por el poder, sino por una agenda de desarrollo que respete los derechos ciudadanos y se les dé a estos la oportunidad de participar”.
¿Cómo explicarle a la gente eso cuando espera resultados?
Vivimos en una sociedad donde todo se mercadea, y esto me angustia. ¿Quién va a pretender que en 100 días se hagan cosas sustantivas? Apenas estamos descubriendo cosas.