Estados Unidos abandona el Acuerdo de París, convirtiéndose así en el primer país en salirse de este tratado internacional a seis meses de haber entrado en vigor.
El anuncio fue dado a conocer por el presidente estadounidense, Donald Trump, en conferencia de prensa, quien adujo que dicho tratado internacional no es justo para los Estados Unidos.
"No puedo apoyar un acuerdo que castiga a los Estados Unidos", dijo Trump y agregó: "(El Acuerdo de París) no impone obligaciones mínimas a los más grandes contaminantes".
El presidente estadounidense hizo alusión explícita a China, India y Europa. Reclamó que China pueda aumentar sus emisiones de gases de efecto invernadero durante los próximos 13 años mientras alcanza su pico de emisiones para luego tomar medidas de reducción, mientras que India y Europa aún mantienen sus minas de carbón.
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Contrario a su antecesor, el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París no establece obligaciones para ningún país. Cada nación, de forma voluntaria y según sus capacidades, definió sus contribuciones nacionalmente determinadas (NDC, según sus siglas en inglés).
Las NDC son las metas de reducción de emisiones y medidas de adaptación que cada país soberanamente se impuso. Ello con el fin de evitar que la temperatura global se incremente por encima de los dos grados Celsius (2 °C) con respecto a la época preindustrial e idealmente ni siquiera sobrepase el 1,5 °C de incremento.
Estados Unidos, bajo el mandato de Barack Obama, estableció una reducción de 26% a 28% de las emisiones de gases efecto invernadero para 2025 en sus NDC, esto con respecto al inventario de emisiones del 2005.
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Si bien todos los países están llamados a sumarse a la acción climática, el Acuerdo de París reconoce que no todas las naciones han contribuido por igual a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y aquellas cuya contribución ha sido mínima, lastimosamente resultan ser las más vulnerables.
En este sentido, los países desarrollados y otros emergentes se han comprometido a ayudar a estas naciones vulnerables con financiamiento para la construcción de capacidades.
Al respecto, Trump consideró que el tratado busca "una redistribución masiva de la riqueza de Estados Unidos a otros países". "Este acuerdo es menos sobre clima y más sobre otros países obteniendo financiamiento a costa de Estados Unidos", dijo.
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En este sentido, el presidente estadounidense consideró que el Fondo Verde del Clima -creado en el 2009 para dotar de financiamiento a los países en desarrollo- cuesta "una fortuna a Estados Unidos" y, en tono populista y nacionalista, argumentó que su país se vería obligado a dar dinero a "países que se han llevado nuestras fábricas y empleos".
Renegociación
El presidente estadounidense mencionó que su gabinete trabajará en una renegociación del tratado, incluso convocando a los demócratas, para conseguir condiciones "justas" para Estados Unidos y así volver a adherise al Acuerdo de París.
"Nos estamos saliendo, pero vamos a comenzar a negociar y veremos si podemos alcanzar un acuerdo justo. Si podemos, será excelente. Si no podemos, también. Como presidente, no puedo poner otra consideración por delante del bienestar de los estadounidenses", manifestó.
Asimismo, el presidente estadounidense prometió: "Bajo la administración Trump, seremos el país más limpio en el mundo, pero no a costa de nuestros trabajos, ni cerrando nuestras fábricas".
A través de un comunicado, los jefes de Estado de Alemania, Francia e Italia lamentaron la decisión de Estados Unidos. "Estamos firmemente convencidos de que el acuerdo no puede ser renegociado", agregaron.
Por su parte, el expresidente Barack Obama rechazó la decisión de su sucesor, máxime que el liderazgo de Estados Unidos -junto con China- impulsó la consecución de dicho acuerdo en el 2015.
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"Para los países que están comprometidos con este futuro, el Acuerdo de París abrió puertas a empresas, científicos e ingenieros a buscar inversiones e innovaciones tecnológicas de bajo carbono a una escala sin precedentes", señaló Obama en un comunicado.
"Los países que permanecen en el Acuerdo de París serán los que cosecharán los beneficios, con nuevos puestos de trabajo por las industrias creadas" e "incluso con la ausencia del liderazgo estadounidense, incluso cuando este gobierno se une a un puñado que rechazan el futuro, tengo confianza de que nuestros estados, ciudades y empresas saldrán adelante y harán ahora más en liderar el camino y proteger el futuro de generaciones del único planeta que tenemos", insistió.
Reacciones
La costarricense Christiana Figueres, exSecretaría Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, reaccionó ante la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París con la siguiente declaración: "La decisión de los Estados Unidos de salir del Acuerdo de París acaba con todas las especulaciones sobre este tema desde noviembre y ahora permite que todas las otras partes (países que lo firmaron) continúen su trabajo sobre puntos que necesitan ser negociados entre ahora y 2020. La economía real, tanto en los Estados Unidos como en el exterior, debe y continuará su tendencia de descarbonización, tirada mucho más fuertemente por las fuerzas de mercado que retenida por la política. Estados, ciudades, corporaciones, inversores se están moviendo en esa dirección por varios años y los bajos precios de las energías renovables frente al alto costo de los impactos en la salud de los combustibles fósiles, garantiza la continuación de esa transición. De hecho, es precisamente durante los cuatro años de este gobierno de los Estados Unidos que necesitamos doblar nuestros esfuerzos para garantizar que duplicamos la curva de emisiones para 2020".
El expresidente de México y presidente honorario de la Comisión Global sobre Economía y Clima, Felipe Calderón, coincidió con Figueres al destacar que "la administración Trump cometió un grave error al retirarse del Acuerdo de París. Esto hizo más difícil para Estados Unidos aprovechar la creciente economía de baja carbono y su potencial de generación de empleos. También va contra la voluntad del pueblo estadounidense: 7 de cada 10 estadounidenses apoyan el acuerdo".
"Aunque la retirada de Estados Unidos es decepcionante, eso no significa el fin del Acuerdo de París. 195 países firmaron el acuerdo, y su rápida ratificación por muchos el año pasado fue un testimonio de cómo el mundo está comprometido con el cambio climático. El mundo reaccionó alrededor de él como casi ningún otro acuerdo en la historia", destacó Calderón.
"Trump saliendo del Acuerdo de París es una de las decisiones más irresponsables de un país importante en la historia moderna. Estados Unidos necesitaría estar intensificando sus acciones para liderar la lucha contra el cambio climático, no salir del acuerdo, el resto del mundo mantendrá la calma y seguirá luchando contra el cambio climático, mientras que Estados Unidos simplemente perderá las recompensas derivadas de la transición de una economía lejos de los combustibles fósiles", manifestó James Watson, CEO de Solar Power Europe.
"Es una desilusión ver a un país que decide regresar al pasado, que decide no reconocer un éxito del multitelaralismo y decide no ver la oportunidad de construir un horizonte nuevo para la humanidad. Es muy lamentable", comentó Édgar Gutiérrez, ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, quien añadió: "Lamentablemente, Estados Unidos está perdiendo la oportunidad de crear nuevas industrias y nuevos empleos con características más amigables con el ambiente".
"Sin embargo, el Acuerdo de París sigue y sigue fuerte. El nicho vacío que deja Estados Unidos en la política internacional lo llenarán otros países. El liderazgo que va a tomar Europa y China será mucho más contundente y le dará nuevos bríos a este proceso", sentenció Gutiérrez.
Para Arturo Sánchez, científico costarricense e investigador de la Universidad de Alberta en Canadá, la decisión tomada por la administración Trump es errada.
"Estados Unidos es el primer país productor de emisiones de gases de invernadero en el mundo y su salida del acuerdo representa una total falta de vision ambiental", dijo Sánchez y agregó: "Los efectos de esta decisión, basada en ideología nacionalista, tendrá repercusiones a nivel mundial por las próximas décadas. La misma fue una decisión irresponsable y basada en políticas que ignoran el efecto de cambio climático a nivel global. El vacío dejado por esta decisión será tomado por China y la Unión Europea. Lamentablemente, Estados Unidos ha dejado su lugar en la mesa y de ahora en adelante no tendrá su palabra ningún valor. Un día terrible para el planeta".