Lima, Perú. Unos 24 países desarrollados y en vías de desarrollo aportaron el dinero necesario para que el Fondo Verde del Clima alcanzara su meta de $10.000 millones y la sobrepasara.
Australia y Bélgica fueron los últimos países desarrollados en comprometerse a financiar el fondo. El primero aportó $165 millones mientras que el segundo $64 millones.
De esa manera, ese dinero se suma a los $3.000 millones aportados por Estados Unidos, $1.500 millones de Japón, $1.200 millones de Reino Unido, $1.000 de Alemania y Francia así como a los $580 millones de Suecia.
No solo los países desarrollados hicieron sus contribuciones. En una acción que Ban Ki Moon -Secretario General de Naciones Unidas- tomó con beneplácito, cuatro países latinoamericanos (y en vías de desarrollo) donarán $23 millones, enviando así un mensaje de compromiso y acción climática.
Colombia aportará $6 millones, México dará $10 millones, Panamá donará $1 millón y Perú contribuirá con $6 millones.
"En relación con el Fondo Verde por el Clima, las contribuciones financieras que ya han hecho y a las que se comprometieron los gobiernos latinoamericanos, muestra la importancia que tiene incrementar los fondos destinados a apoyar la reducción de emisiones y la adaptación, y el compromiso de todos en la lucha frente al cambio climático", declaró Roberto Troya, director del World Wild Fund (WWF) para Latinoamérica y el Caribe.
Con ello, este fondo estará operativo a partir del 2015. Destinará dinero a proyectos tanto a la mitigación como a la adaptación, mitad y mitad.
Según Hela Cheikhouhorou, directora ejecutiva del Fondo Verde del Clima, ya está abierto el período para inscribir proyectos y en el segundo semestre del 2015 se anunciarían a los primeros beneficiados por este mecanismo financiero.
Asimismo, Cheikhouhorou manifestó que se están afinando los mecanismo para permitir contribuciones provenientes de organizaciones no gubernamentales y empresas privadas.
El Fondo Verde del Clima se adoptó como mecanismo financiero en la cumbre del clima realizada en Cancún (México) en el 2010. Su objetivo es destinar $100.000 millones anuales a acciones de mitigación y adaptación al 2020.