Desde hace más de un año una nueva inquilina empezó a dejarse ver en el Santuario de la Virgen de Ujarrás, en Paraíso de Cartago; primero por los ventanales y luego cuando se posaba sobre una palmera, en la entrada del templo.
Se trataba de una lechuza de campanario (Tyto alba), a la que pronto le llegó una pareja, y juntas tuvieron un pichón. Los tres ahora son la novedad entre los fieles católicos que asisten a los oficios religiosos en ese lugar, así como otras personas que pasan por el sitio.
Conservacionistas, con la autorización del párroco Donald Solano, colocaron un rótulo, donde se advierte a los ciudadanos de la presencia de estas aves y se les pide cuidarlas.
En el Facebook del Santuario, también se incluyó un mensaje que indica: “para todos los paraiseños y visitantes, que hemos tenido la oportunidad de contemplar de cerca las maravillas de Dios, en las palmeras de nuestro Santuario, de la Virgen de Ujarrás…hogar donde se encuentra nuestra lechuza”.
Se creé que estas aves han contribuido a reducir las bandadas de palomas de Castilla, que en otras oportunidades han afectado el inmueble.
Según especialistas, en Costa Rica el número de aves como las lechuzas, se ha reducido debido a los procesos urbanísticos.
En algunos países, se les tiene cómo símbolo de sabiduría, y el Partido Reformista, que existió en Costa Rica en las primeras décadas del siglo pasado, liderado por el sacerdote cartaginés, Jorge Volio, lucía una lechuza en su estandarte.
El pasado 11 de mayo, el fotógrafo Hamilton Ramírez logró una imagen de la pareja de lechuzas, algo que muchos han intentado y pocos han conseguido.
“Tuve la suerte que, al salir del templo, un cuidador me vio la cámara y me dijo que ahí estaban las lechuzas, al verlas les tomé varias fotos. Agradecido le compré una pizza al ‘guachiman’”, comentó Ramírez.