Cahuita. Limón. En los últimos 15 años, el Parque Nacional Cahuita, en Limón, perdió 20 metros de playa debido a la erosión costera que produce el cambio climático.
“Cuando el ancho de costa promedio es de 500 metros, con unos 50 metros de playa, pues perder 20 metros sí vulnera a Cahuita”, comentó Mario Cerdas, administrador del área protegida.
De hecho, los primeros en verse afectados por el embate del mar fueron los guardaparques, quienes se vieron obligados a reubicar su casa y oficina. Hoy solo quedan restos del viejo inmueble.
Manuel Mairena, pescador y operador turístico con 48 años de vivir en Cahuita, confirmó lo dicho por Cerdas.
“La mayor parte del problema se da desde la desembocadura del río Suárez hasta punta Cahuita, y después está el sector de puerto Vargas, lo que antes se conocía como punta Dixon”, dijo Mairena.
Los efectos de la erosión costera también se ven en 200 metros tierra adentro, porque la entrada de agua marina incrementa la salinidad y especies como el árbol de sangrillo, propio del parque, son perjudicadas.
Con los cambios en la vegetación, la fauna ve alterados sus comportamientos de alimentación y descanso; en muchos casos, las especies migran a lugares donde haya mejores condiciones.
En el parque desovan tres especies de tortugas marinas (baula, verde y carey), las cuales ven limitado el espacio para ello.
“Lo que hemos estado haciendo es monitorear dónde están haciendo los nidos e ir a rescatar los huevos, reubicándolos en lugares donde el agua no se los lleve”, explicó la guardaparque Dionni Palmer.
Aunque el arrecife es una barrera natural que amortigua el oleaje, este se ve amenazado por la sedimentación que acarrean los ríos.
“La deforestación que ocurre en Valle La Estrella deja desprotegido el suelo, que se lava con las lluvias, y ese sedimento lo traen los ríos a la costa”, agregó Palmer.
Servicios. El Parque Nacional Cahuita tiene dos entradas: una en playa Blanca, cerca del pueblo, y otra en puerto Vargas. Un sendero de siete kilómetros las conecta; sin embargo, algunos sectores del camino desaparecieron.
“El sendero cambia a un ritmo acelerado y nos vemos en la necesidad de ampliarlo. Estamos buscando una mejor alternativa para que los visitantes puedan transitar por el parque”, destacó Palmer.
Reabrir el sendero implicará una inversión en infraestructura, ya que Cahuita tiene un bosque inundado y se requerirán pasos elevados o puentes para que las personas puedan caminar.
Según Cerdas, antes el parque nacional ofrecía la posibilidad de acampar en dos kilómetros de playa que tenían 30 metros de ancho. “Hoy ya no tenemos área de campamento”, dijo el administrador.
La basura es el otro problema. Como antes se enterraba, ahora el mar la dejó al descubierto al socavar la arena y eso contribuye a contaminar el parque nacional.