En Costa Rica, los efectos del cambio climático se hacen más evidentes y se observan en una disminución en el número de nacimientos de tortugas marinas en la costa atlántica de Limón, según el Programa de Conservación de Tortugas de APM Terminals.
Este programa protege los huevos de tortugas marinas y libera las crías en la playa que se extiende desde las desembocaduras de los ríos Moín y Matina. Según sus estimaciones, el número de nacimientos disminuirá a 10.000 en 2023, en comparación con los 30.000 registrados en 2022: una disminución del 66%.
Hasta el 31 de julio, un total de 218 tortugas hembras llegaron a Moín para depositar sus huevos. En el vivero del Programa de Conservación de Tortugas, se contabilizaron 23.846 huevos, de los cuales se liberaron 9.386 neonatos.
Esta disminución en la reproducción de tortugas marinas se atribuye al calentamiento de la atmósfera y sus consecuencias, que incluyen el aumento del nivel del mar y la elevación de la temperatura del agua, así como perturbaciones en los patrones de migración y alimentación de estos animales.
El especialista en Ciencias Marinas y director de la Asociación Latin American Sea Turtles, Didiher Chacón, señala que se ha observado una caída en el número de nacimientos en diversas playas de anidamiento, incluyendo Trinidad y Tobago, la parte norte de Suramérica, Las Guayanas, Surinam, algunas islas del Escudo de las Antillas Menores y en la región que abarca desde la Península de Guajira en Colombia hasta el sur de Nicaragua.
Chacón atribuye esta tendencia a datos relacionados con el cambio climático, como el aumento de la temperatura del agua en el océano Atlántico norte, lo que reduce la disponibilidad de alimento para las tortugas marinas, y el calentamiento de las playas, con temperaturas superiores a 34°C, lo que puede causar que los nidos sean infértiles.
Los riesgos asociados al cambio climático están teniendo un impacto significativo en el desarrollo de los huevos y los nacimientos de especies como la tortuga baula, la tortuga verde y la tortuga carey.
Especies marinas en peligro
Un ejemplo es que las tortugas marinas determinan el sexo de sus crías en función de la temperatura durante el proceso de incubación. Como hace más calor, hay un mayor número de crías hembras, lo que disminuye las posibilidades de reproducción.
Además, el aumento del nivel del mar, causado por el derretimiento de los glaciares y la expansión térmica de los océanos, está provocando la pérdida de hábitats de anidación y alimentación. Esto se traduce en puntos de anidación erosionados o con inundaciones, lo cual reduce los lugares disponibles para poner huevos.
Estas especies también dependen de las corrientes oceánicas y de las temperaturas del agua para sus migraciones. El cambio climático puede alterar estos patrones, incluyendo las rutas de migración de las tortugas.
Además de los factores climáticos, el comercio ilegal de huevos de tortuga está contribuyendo a la disminución de las poblaciones de estas especies. Por ejemplo, las tortugas baula alcanzan la madurez sexual en un período de tres décadas, lo que las hace especialmente vulnerables a la sobrepesca de huevos.
“Ya se ha hecho un trabajo estadístico, que incluso la Comisión Latinoamérica de Protección de la Tortuga Marina lo está usando para hacer recomendaciones a los gobiernos porque esta población está descendiendo”, aseguró Chacón.
¿Cómo ayudar a las tortugas?
El especialista llamó a las personas a abstenerse de consumir huevos de tortuga, sumarse a programas de voluntariado para la protección de los nidos o para limpieza de playas; también, pide reducir su contribución en la emisión de gases de efecto invernadero y bajar el uso de plásticos por el riesgo de que terminen en los mares y dañen a estos y otros animales.
Por ejemplo, el Programa de Conservación de Tortugas de APM Terminals consiste en patrullajes a lo largo de 15 kilómetros de playa para buscar a las tortugas que llegan a anidar y recoger la mayor cantidad de huevos.
Cuando miembros del programa hallan los nidos, los colocan en cajas térmicas para trasladarlos a un vivero.
Allí se incuban en condiciones ideales de humedad, temperatura, manipulación y fertilidad, variables que permiten aumentar el éxito de eclosión (salida del huevo) a más del 70% que actualmente en la naturaleza donde el porcentaje baja a 22%.
Los neonatos luego se liberan al caer la noche para evitar depredadores diurnos: esto aumenta la sobrevivencia y reduce la mortalidad.
Las personas interesadas en participar en el proyecto como visitantes o voluntarios pueden escribir al correo krizia.c@apmterminals.com.