Nairobi, Kenia
Naciones Unidas urgió a los jefes de Estado a cambiar "la relación de la humanidad con el planeta" ante el progresivo deterioro de sus ecosistemas provocado por un insostenible consumo de recursos naturales.
El peligro de anteponer el desarrollo económico a la conservación natural fue expuesto por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la clausura de la primera Asamblea de las Naciones Unidas para el Medioambiente (UNEA), que esta semana ha reunido a representantes de más de 160 países en Nairobi (Kenia).
Este nuevo organismo, el máximo a nivel medioambiental creado por la ONU en su historia, ha nacido con el propósito de intentar que los gobiernos sitúen la conservación natural en la cúspide de sus agendas políticas, equiparándola a las acciones que desarrollan para mantener la seguridad ciudadana o el bienestar social.
"El aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra en la que crecen nuestros alimentos son parte de un ecosistema sujeto cada vez a una mayor presión por el crecimiento poblacional. Nuestro consumo de recursos es insostenible", advirtió Ban, que también alertó de un ineludible camino hacia el cambio climático. La huella de este deterioro es claramente perceptible en desforestación de los bosques, en la escasez de la pesca, en la merma de los recursos hídricos y en un cielo, un agua y una tierra cada vez más contaminados".
Por ello, ante una previsión de empeoramiento con unas estimaciones de 10.000 millones de habitantes en 2050, considera inaplazable una actuación política firme para garantizar un desarrollo sostenible.
No obstante, admitió que no será una tarea fácil, ya que la conservación del medioambiente choca con los intereses económicos de la industria energética, del sector agrícola y del comercio a gran escala, si bien los argumentos para intentarlo son evidentes.
La presidenta de la UNEA, la ministra de Medio Ambiente de Mongolia, Oyun Sanjaasuren, remarcó que el desarrollo económico no puede continuar menoscabando el medioambiente.
"Tenemos que transformar nuestras economías, aumentar la escala de nuestras acciones, apostar por patrones de consumo sostenible", subrayó.
Ban Ki-moon avistó una fase crucial para el desarrollo que se concretará tras la caducidad de los Objetivos del Milenio, a mitad de 2015. Terminada esta fase, Naciones Unidas lanzará una nueva agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible para alcanzar el consenso de la comunidad internacional respecto a la preservación de los ecosistemas.
"Las decisiones de los próximos meses tendrán profundas consecuencias para las próximas generaciones", auguró.
La primera Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente concluyó con importantes acuerdos en este sentido, concentrados en la lucha contra la contaminación del aire y la limitación del uso de sustancias químicas en los productos de consumo.
La UNEA aprobó 16 resoluciones sobre un amplio número de materias, aunque también quedó patente la crítica de los representantes de la sociedad civil ante la supuesta falta de transparencia en la toma de decisiones de la asamblea.
En sesiones programadas durante toda la semana, los delegados aunaron posturas para reclamar una limitación de los vertidos de productos plásticos al mar, incrementar la lucha contra la caza furtiva e introducir el concepto de consumo sostenible entre las estrategias que sustituirán a los Objetivos del Milenio.
Aunque el verdadero objetivo de UNEA, según apostilló su presidenta, es conseguir que los gobiernos y las organizaciones económicas aprendan a "mirar la realidad más allá del PIB".