Las discusiones sobre el problema ambiental que enfrenta el planeta se han enfocado en el cambio climático, tanto en sus consecuencias como posibles soluciones, restando protagonismo a otra situación urgente: la pérdida de diversidad biológica.
Esta situación ha sido en parte alimentada porque para ambos temas existen instrumentos internacionales diferentes: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD).
“Desde un punto de vista institucional, tenemos fragmentada la forma en que hemos tratado la crisis que enfrenta la naturaleza (...), pero al final del día, la naturaleza es solo una ”, explicó Cristiana Pasca Palmer, secretaria ejecutiva del CBD, quien conversó con La Nación durante la PreCOP25, que esta semana se realiza en el Centro Nacional de Convenciones, Belén, Heredia.
“Lo que Costa Rica está proponiendo en esta PreCOP25, es una visión más integradora, no es solo enfocarse en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, sino también en la naturaleza y las soluciones que esta ofrece”, añadió.
Un enfoque que, según Pasca Palmer, es necesario dado lo que está en juego.
Por ejemplo, en mayo pasado un informe del grupo de expertos de la Organización de las Naciones Unidas sobre biodiversidad (IPBES), reveló que un millón de especies animales y vegetales están amenazadas de extinción y el ritmo se acelera.
De ahí que Costa Rica ha procurado no solo basar las discusiones en la ciencia, sino también involucrar otros sectores, como el de las finanzas, con la participación de los ministros de estas carteras.
Ecoturismo, una estrategia
La idea es que esto permita a la humanidad avanzar en un rediseño del modelo económico y productivo, que consiga reconocer el valor de la naturaleza, como un recurso que no se puede perder.
“Estamos dando mucho dinero en subsidios a actividades que destruyen la naturaleza, que pueden ser redirigidos para sustentar acciones que impulsen el desarrollo y la conservación”, destacó.
En este sentido, la secretaria ejecutiva del CBD, considera que Costa Rica puede ser un referente, a partir de su experiencia con el ecoturismo.
“La gente viene y paga, porque quiere ver ecosistemas prístinos, es la calidad de la naturaleza la que atrae turistas y genera ganancias al país. Este modelo de invertir en naturaleza, puede generar múltiples beneficios para la sociedad”, indicó.
Lo bueno, según la representante, es que las acciones positivas para enfrentar el cambio climático también benefician a la conservación de la biodiversidad. “Operamos en un sistema, todo está interconectado”, señaló.
Si bien las cifras pueden ser desalentadoras, Cristiana Pasca Palmer permanece optimista, al observar a los jóvenes y cómo se han movilizado para demandar a los gobernantes acciones que permitan frenar el deterioro de la naturaleza.
Además, ve un cambio en los consumidores, al estar más informados y en los negocios, que se han dado cuenta del impacto negativo que puede traer para sus propios intereses, la pérdida de recursos naturales.