La presencia de perros callejeros en zonas urbanas de Costa Rica disminuyó, como resultado de las campañas de esterilización y castración realizadas por diversas organizaciones. Esta es una de las conclusiones más importantes de un estudio realizado en 2022 por la organización de bienestar animal Humane Society International (HSI).
En algunas áreas, según la encuesta, la tasa de esterilización de perros alcanzó más del 80%. Uno de estos territorios es Montes de Oca, cantón de San José, donde la esterilización llegó al 81%, mientras que en el caso de los gatos, la esterilización llega al 86%; en las áreas rurales está en 63%.
“Encontramos una disminución cuantificable en las poblaciones de perros en aquellas áreas donde la esterilización es más común, así como un alto nivel de esterilización en zonas urbana”, destacó Andrea Borel, directora ejecutiva de HSI Latinoamérica.
Para la representante, estos datos permitirán a HSI colaborar con los programas de bienestar animal existentes en en el país para lograr un cambio sostenible, a través del manejo humanitario de la población de perros y gatos, la esterilización asequible y accesible, la atención veterinaria preventiva, la educación pública y una cultura fortalecida de tenencia responsable de mascotas.
¿Por qué esto es importante? De acuerdo con Borel, si existe una alta densidad de perros y gatos callejeros, estos pueden enfrentarse a graves problemas de bienestar, como inanición, enfermedades y lesiones no tratadas. En el peor de los casos, también pueden comprometer la seguridad pública y la salud ambiental, así como contribuir con la muerte de otras especies animales, de ahí que se busca realizar campañas frecuentes de castración.
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¿Cómo se hizo el estudio?
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Los investigadores de HSI consideraron para el estudio áreas urbanas y áreas rurales. Dentro de las primeras, tomaron en cuenta zonas del este de la Gran Área Metropolitana (GAM), como los cantones de Curridabat, Cartago, Montes de Oca y La Unión. También se hicieron algunos recorridos en Heredia y Belén.
En las zonas rurales, se estudiaron Tortuguero y San Francisco, en el cantón de Pococí de Limón. El reporte también habla de zonas rurales en el norte, el sur y el oeste, pero no se especificaron.
Una vez definidos los lugares, se hicieron conteos callejeros de perros deambulantes. Para ello, se dibujaron rutas de estudio con una distancia promedio de 20 a 30 kilómetros utilizando la opción “dibujar una línea a lo largo de las carreteras” en la aplicación Google Maps.
Los conteos se realizaron en la mañana, a partir de las 5:20 a. m. El equipo observador utilizó una herramienta que le permitía registrar los perros avistados y recopilar información específica sobre el can.
Las categorías específicas de estudio fueron hembra esterilizada, hembra no esterilizada, hembra lactante, macho esterilizado, macho no esterilizado y perro adulto desconocido (perro de sexo desconocido). Los cachorros también se registraron y se definen como perros que no tendrían la edad suficiente para ser esterilizados; no se registró el sexo de las crías.
Entretanto, las categorías de estudio para los gatos fueron: gato adulto (cualquier sexo); gato con muescas en las orejas (que indica esterilización), gatito. Los detalles opcionales incluyeron si el gato fue visto en la calle (“al aire libre”) o dentro de un jardín, patio u otro lugar claramente asociado con una casa (“interior”); o si el gato llevaba un collar.
Un gato se consideraba “interior” incluso si estaba en un área no cerrada asociada con una casa. Esta opción se incluyó como un indicador aproximado de la propiedad, ya que la investigación formativa descubrió que era muy común que los gatos domésticos se quedaran cerca de su hogar, pero que no estuvieran encerrados.
Además, se realizó una encuesta con 2.168 hogares en donde se preguntó si veían perros deambulando libremente sin dueño.
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Los resultados
La densidad de perros y gatos se obtuvo al dividir el número total de perros registrados en los hogares (densidad de perros por hogar) y luego se estimó la densidad de la población de perros estableciendo cuántos hay por cada 100 humanos. Este mismo esquema se utilizó para los gatos. Cuando se estudiaron las características de cada población, también se vio la relación de machos y hembras, porque ayuda a predecir el futuro crecimiento de la población.
Allí fue donde se vio que la densidad de perros callejeros había bajado, en Cartago, de 3,3 perros por kilómetro en 2014, a 2,4 en 2022. En San José, la disminución fue de 2,7 a 1,9. En Heredia y Belén se pasó de 1,5 perros por kilómetro en 2014 a 1,3 en 2022.
En cuanto a los gatos callejeros contabilizados, no había comparativo con años anteriores, pero se registraron 0,8 por kilómetro gatos en Cartago; 0,5 en Heredia y Belén y 1,4 en San José.
La encuesta también vio resultados de disminución de perros. La mayoría de los encuestados de cada sitio urbano indicaron que vieron 0 perros deambulando libremente en un día promedio (Montes de Oca y Curridabat), o de 1 a 5 perros (La Unión y Cartago).
La escala de las poblaciones de perros que deambulan libremente parece algo mayor en las áreas rurales: en cada una de las tres revisadas, la mayoría de los encuestados indicaron que vieron de 1 a 5 perros deambulando libremente por día.
Los sitios costeros rurales parecen tener las mayores poblaciones de perros en libertad. En San Francisco, el 44,1% de los encuestados dijeron haber visto entre 6 y 10 perros deambulando libremente en un día promedio, mientras que el 35,3% dijeron que vieron más de diez. En Tortuguero, el 30,8% dijo ver entre 6 y 10 en un día promedio, mientras que el 40,4% dijo que vio más de 10.
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Preocupaciones
A los participantes se les permitió enumerar las preocupaciones con respecto a los perros callejeros. La más común en la mayoría de los sitios fue el riesgo de mordeduras, seguido por el excremento. Las peleas de perros y el riesgo de transmisión de enfermedades aparecieron como preocupaciones secundarias.
La investigación encontró también que existe una red de interacciones compleja entre los perros y gatos que vagan libremente y la vida silvestre. Aunque las especies de animales silvestres involucradas variaron de un área a otra, la interacción más común citada fue la de las mascotas que cazan animales pequeños. Esto parece ser preocupación para algunas personas, pero la mayoría lo ve como un asunto normal y no como un problema.