“El aleteo me trajo por primera vez a su país. Costa Rica era uno de los mayores sitios de transbordo de aletas de tiburón”, manifestó Gerhard Wegner, director de la organización Sharkproject.
Eso llevó a la organización alemana a nombrar al expresidente Abel Pacheco como Enemigo de los Tiburones en el 2006.
Este año, Wegner volvió al país. Esta vez trajo consigo un premio que reconoce a la presidenta Laura Chinchilla como Guardiana de los Tiburones por las acciones tomadas para combatir el aleteo.
El galardón fue entregado ayer en el Teatro de la Danza, San José.
Para Randall Arauz, presidente de la organización Pretoma y líder de la lucha contra el aleteo en Costa Rica, lo que no se logró avanzar en ocho años vino Chinchilla a hacerlo en solo cuatro.
“Desde el 2006 había una resolución de la Sala IV y el presidente Abel Pacheco en ese entonces no quiso cerrar los muelles privados. Después Oscar Arias, además de esto tenía un pronunciamiento de la Contraloría y una recomendación de la Asamblea Legislativa, tampoco quiso cerrarlos. Fue hasta el 2010 que Laura Chinchilla los cerró”, declaró el presidente de Pretoma.
“Ella tiene merecido el premio. Sabemos las presiones bajo las cuales está por parte de la industria pesquera. Estas decisiones no debieron ser fáciles”, dijo Arauz.
“Me siento conmovida y agradecida”, fueron las primeras palabras de la mandataria, quien agregó: “Si bien lleva mi nombre, lo cierto es que este premio reconoce a muchas organizaciones (...) El galardón viene a hacerle justicia al país, el cual aprendió la lección y tomó las acciones necesarias”.
Este es el segundo galardón entregado a Chinchilla por su labor en favor de los océanos.
En el 2011, la organización Peter Benchley Ocean Awards le otorgó el premio a la Excelencia en la Administración Nacional de los Océanos por la creación del Área Marina de Manejo Montes Submarinos, cercana a Isla del Coco.
Lucha contra aleteo. La lucha contra el aleteo se inició en el 2001 con la difusión de un video grabado a bordo de una embarcación tica donde se cortaban las aletas al tiburón y se botaba el resto del cuerpo al mar, aunque este estuviera vivo.
“El aleteo es un ejemplo de extracción y desperdicio. Es un crimen ambiental, social y económico”, destacó el ministro de Ambiente, René Castro.
Ante la dificultad de controlar la actividad en el mar, se procedió a regularla en tierra cuando los barcos procedían con las descargas.
En este sentido, en el 2001, se emitió un decreto que exigía descargar los tiburones con las aletas adheridas. En el 2003, se pasó a un sistema de porcentajes pero este se prestó para irregularidades.
Con la aprobación de la Ley de Pesca y Acuicultura, en 2005, se eliminó el sistema de porcentajes y se volvió a la exigencia de las aletas adheridas al vástago.
En el 2006, se aclaró que las aletas debían estar adheridas naturalmente, lo que obliga a los barcos a traer el tiburón completo a puerto.
Sin embargo, las descargas en muelles privados eran permitidas a pesar de los pronunciamientos de la Sala Constitucional, la Contraloría General de la República y la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa.
Fue en el 2010, bajo el mando de Chinchilla, que se emitió un decreto para prohibir las descargas en muelles privados. “Esa medida desalentó a la flota internacional. Aunque podían descargar en el muelle público, los barcos optaron por irse”, comentó Arauz.
Aún así, el país seguía bajo la sombra del aleteo porque se empezó a importar aletas desde Nicaragua. Para cerrar ese portillo, en octubre de 2012, un nuevo decreto prohibió esa importación.
Otros esfuerzos. Este año, Costa Rica promovió la inclusión del tiburón martillo y el punta blanca oceánico en el Apéndice II de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (Cites).
Cites acogió la propuesta para así regular la comercialización de estas especies.
Otro paso se dio este noviembre cuando Chinchilla firmó un decreto que establece nuevas reglas sobre descarga y comercialización de tiburones y rayas. Estas determinan tallas mínimas, la prohibición de pesca de especies como la mantarraya y define mecanismos de control como contar con observadores a bordo así como colocar balizas (un tipo de señal) a los barcos para identificarlos.
Arauz criticó el plazo de 24 meses para la entrada en vigencia mientras que Jorge Jiménez, director de la organización MarViva, consideró que este decreto perdió el abordaje integral que procuraba el primer borrador, el cual nació a la luz del Plan Nacional de Acción de los Tiburones.
“Vamos a revisar el decreto de tallas mínimas. Lleva razón Randall (Arauz) y no es mi estilo patear la bola hacia adelante para que resuelva el próximo gobierno”, aseguró Chinchilla.
En este sentido, y según el vicepresidente Alfio Piva, ya se tiene una Política de Mar y se trabaja en un plan de acción para así darle continuidad a las acciones.
“No hemos terminado de trabajar y seguiremos gobernando hasta el último día”, enfatizó la mandataria.
¿Qué falta? Con el ímpetu que le caracteriza, Paul Watson de Sea Shepherd consideró que la lucha contra el aleteo no acaba. “Se necesita dar recursos a los guardaparques y guardacostas para que puedan lidiar con estos crímenes”, dijo a La Nación .
Por su parte, Carlos Manuel Rodríguez de Conservación Internacional manifestó: “Esperamos que se impulse el avance en la implementación de la estrategia de control y vigilancia marítima con la entrada en operación del radar para el control de pesca ilegal en Isla del Coco”.
Al respecto, Piva espera que en enero 2014 esté instalado el primer radar en la isla. “Espero que podamos instalar otros tres antes de irnos del gobierno”, dijo Piva.
Para Arauz también urge reformar el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) como entidad a cargo de velar por las pesquerías y por tanto, regular las descargas y comercialización de tiburones.
“Se ha venido trabajando una reforma integral a la ley orgánica de Incopesca, que prácticamente está lista, y es nuestra voluntad poder presentar ese proyecto de ley a lo sumo en los próximos dos meses”, aseguró Chinchilla.