Dos de las tres asociaciones consultadas por la Escuela de Zootecnia de la Universidad de Costa Rica (UCR) para realizar el Diagnóstico zootécnico de criaderos de perros en Costa Rica, defienden que su único papel es girar los permisos para la venta de crías de raza.
Por lo tanto, aseguraron a La Nación que no son responsables de velar por el funcionamiento de sus agremiados, ni por el bienestar de los animales que estos posean, pues “esa es labor de Senasa”.
“Lo que nosotros tenemos son afijos, el nombre que usted, como criador, le puede poner a su crianza. No damos permisos, sino que autorizamos nombres comerciales para vender las crianzas”, aseguró William Rodríguez, presidente de la junta directiva de la Asociación Canófila.
Según Rodríguez, la entidad no tiene la potestad de revisar las instalaciones físicas de sus miembros, muchos de los cuales son personas que tienen un solo perro que no es para reproducción.
“No son solamente criaderos, sino también criadores que en su casa sacan una cría. La gran mayoría de las personas no tiene un criadero y no viven de eso. De hecho, de los 3.500 asociados que tenemos en todo el país, ni siquiera un 20% son criadores”, explicó.
Rodríguez comentó que, con 47 años de existencia, la Canófila está supeditada a la Federación Cinológica Internacional (FCI), una entidad con 110 años de trayectoria.
“La gente piensa que hacemos concursos de belleza de perros, pero no es así. Nuestros jueces seleccionan los mejores padrotes a efecto de hacer las cruzas responsables, de decir cuáles se pueden cruzar y cuáles no”, enfatizó Rodríguez.
Hugo Guzmán, presidente de la Asociación Ovejero Alemán (Asoval), enfocada, sobre todo, en perros de raza pastor alemán, tiene una opinión similar.
“De ese universo de criadores –no hablo solo de los de pastor alemán– la gran mayoría tiene sus perros en sus casas. Un criadero puede ser una persona que tenga una sola perra, entonces la tiene en su casa de habitación”, expresó.
Permisos restringidos
Asimismo, dijo que la obligatoriedad de tener los animales en zonas alejadas de la ciudad –como lo solicita el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para autorizar el funcionamiento a los criaderos– es una causa de que muchos no estén en regla.
“Si una persona tiene una sola perra y quiere ponerse en ley, va a la municipalidad y pide un permiso de uso de suelo, porque ese es uno de los requisitos de Senasa, pero ¿cómo van a autorizar a alguien que vive en un barrio residencial? A menos de que usted viva en un lugar retirado, no puede tener en su casa ni canarios”, replicó Guzmán.
En contraposición
Contrario al criterio de esas dos asociaciones, Rubén Rodríguez, presidente de la Federación Canina de Costa Rica (ACAN), dijo que solo reciben criaderos que estén en regla con Senasa.
“Tenemos un montón de gente que quiere hacer criadero con nosotros, pero no los aceptamos porque no tienen los permiso de la institución. De hecho, el único criadero que tenemos inscrito, está a rigor con Senasa”, afirmó el representante.