Las fotografías de una mujer con un perezoso en su vehículo se compartieron de manera viral en redes sociales. La conductora dijo que se encontró al animal en medio de la carretera, por lo que decidió ayudarlo a llegar a un bosque cercano.
“Hoy me encontré esta belleza tratando de cruzar una calle (...). Vaya despacio, si los ve ayúdeles. Esta (sic) haciendo demasiado calor y los animalitos lo resienten mucho. Nada cuesta y vale mucho”, escribió la mujer en su publicación.
Las opiniones de los internautas fueron divididas, pues mientras algunos aplaudieron la acción, otros manifestaron su descontento.
Al ser un país tan rico en flora y fauna, en Costa Rica es bastante común encontrarse con animales silvestres en las carreteras. Los conductores “tienen que entender que en cualquiera de nuestras rutas puede encontrarse con vida silvestre”, explicó a La Nación, Edgar López Varela, jefe del Batallón del Cuerpo de Bomberos de San Carlos, donde a finales de abril murió atropellado un manigordo y en marzo un oso hormiguero.
LEA MÁS: Manigordo muere atropellado en San Carlos, ¿cómo evitar más pérdidas de la fauna silvestre?
¿Qué hacer si me encuentro con un perezoso en la calle?
Ante la publicación viral del perezoso dentro del vehículo y la división de opiniones que generó, conversamos con Shirley Ramírez Carvajal, bióloga de la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad (Conagebio) del Minae, para saber cómo reaccionar en caso de encontrarse con un perezoso en la calle.
“No se deben capturar los animales que se encuentran en la calle o cruzando la calle, lo que hay que hacer es acompañarlos para que ellos crucen por sus propios medios, pero no agarrarlos o tomarlos porque eso los estresa”, explicó Ramírez.
Estos contactos son más riesgosos de lo que parecen. Según la experta puede haber un intercambio de enfermedades entre la persona y el animal, además, al moverlos de un lugar a otro, la especie se puede confundir.
“Los animales tienen un rango de territorio, un rango de hogar, donde ellos conocen cuáles son los árboles que pueden consumir, en el caso de los perezosos, dónde hay frutos, dónde no hay, entonces es importante dejarlos que crucen la calle, detener el tráfico, pero no capturarlo y mucho menos subirlos a un vehículo”, comentó la bióloga.
El comportamiento de los perezosos ante un humano no es un indicador de que estén felices. Ramírez explicó que esta especie silvestre siempre tiene “una carita feliz”, aun cuando están en una situación estresante. Además, su mecanismo de defensa es quedarse quietos. “La gente cree que es que el animal está contento de que los estén manipulando, pero realmente no es así, en realidad está muy muy estresado”, enfatizó.
Afectación al ecosistema
Otra de las consecuencias que implica el traslado de un animal silvestre es la afectación al ecosistema en el que vive ese ser. De acuerdo con Ramírez, cada lugar tiene una capacidad de carga; es decir, la cantidad de diferentes especies silvestres que puede sostener.
“Si yo traslado a un animal de un lado a otro, estoy provocando un desbalance y ese desbalance puede tener consecuencias no solo para el animal que estoy moviendo, sino para los otros animales que están ahí”, explicó la profesional.
A esto se le suma que el animal que la persona traslada a un nuevo hábitat puede llevarle enfermedades o parásitos a las especies que ya vivían ahí.
Consecuencias legales
Aún con el convencimiento de que están haciendo una buena obra, las personas que transporten animales silvestres sin los permisos necesarios cometen el delito de transporte o trasiego, que, según el Sistema Costarricense de Información Jurídica (SCIJ), consiste en la “acción de trasladar, llevar, conducir o pasar vida silvestre, sus productos, partes y derivados, de un lugar a otro”.
De acuerdo con el artículo 95 de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre N° 7317: “Quienes comercien, negocien, trafiquen o trasieguen animales silvestres, sus productos y derivados, sin el permiso respectivo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, serán sancionados de la siguiente manera:
a) Con pena de multa de diez (10) a cuarenta (40) salarios base o pena de prisión de uno (1) a tres (3) años, y el comiso de los animales o productos objeto de la infracción, cuando se trate de especies cuyas poblaciones hayan sido declaradas como reducidas o en peligro de extinción.
b) Con pena de multa de uno (1) a cinco (5) salarios base o pena de prisión de cuatro (4) a seis (6) meses, y el comiso de los animales o productos que son causa de la infracción, cuando se trate de animales que no se encuentren en peligro de extinción ni con poblaciones declaradas como reducidas”.
LEA MÁS: Perezoso deslumbra a turistas en playa Manzanillo, Limón