Hasta en el lugar más recóndito del planeta hay residuos plásticos. A esta conclusión llegaron los investigadores de la iniciativa científica 5 Gyres, luego de recorrer el Atlántico norte y el círculo polar ártico para estudiar el impacto de desechos en los ecosistemas marinos.
En su travesía entre Bermudas e Islandia los acompañó Sergio Izquierdo, fotógrafo y presidente de la Asociación de Biología Marina de Guatemala. Izquierdo visitó el país con el fin de compartir los resultados de la expedición.
La Nación conversó con él y este es un extracto de la entrevista:
¿Dónde no esperaban ver plástico y lo encontraron?
Se esperaba no encontrar plástico cerca del círculo ártico y encontramos microplástico allí, e incluso mezclado con el krill, que es el alimento de las ballenas.
”El microplástico es cuando el material se parte en pedacitos. Al encontrarlo cerca del círculo ártico, concluimos que está regado por todos los rincones del planeta a través de los cuerpos de agua.
”También tomamos muestras en la superficie de los glaciares para ver si encontrábamos rastros de microplásticos, para ver si viajan a lugares recónditos por el viento”.
¿Cómo llega ese plástico a zonas tan remotas?
Por las corrientes. En esa corriente nórdica se pensaba que por la presión atmosférica, los microplásticos iban a tender a concentrarse en las orillas de las playas, pero los encontramos en todas partes. En cambio, en las corrientes subtropicales, los microplásticos tienden a concentrarse en el centro. Esas son las islas de basura y la más grande está en el Pacífico, tiene un tamaño de 1.400.000 kilómetros cuadrados.
En su visita a Costa Rica inspeccionó una playa, ¿qué encontró?
Fui a Guacalillo (Tárcoles, cantón de Garabito). Fue impresionante y eso que la habían limpiado y estaba lavada por el mar, pero, aun así, era un basural sin fin.
”Uno tiene la idea de Costa Rica como un país de playas limpias y, aunque ustedes tienen un montón de cosas buenas, como su nivel de cultura y seguridad, Guacalillo era un basural. Pero si se le quitara todo el plástico, quedaría una playa lindísima y accesible.
”Eso es algo que se repite en el resto del planeta. Una botella de plástico le puede dar la vuelta al mundo en cuatro años. Eso, por la acción de las corrientes”.
¿Convivimos aún con los primeros plásticos que se hicieron?
Sí. Dicen que tardan 1.000 años en degradarse, no sé como se puede llegar a esa conclusión, si aún no hemos pasado los primeros 100 años para comprobarlo y seguimos produciendo más y más.
”E n el 2010 se produjeron 288 millones de toneladas y eso que es un material que no pesa nada. Así que imagínese la cantidad que es. Eso fue ese año y solo en Europa.
”Cuando uno lo extrapola, se asusta. Lo que produce EE.UU. en botellas de plástico a la semana, le da cinco veces la vuelta al mundo”.
Claro, eso tiene su impacto.
A la gente le importa poco el medio ambiente, bueno a la mayoría. Aparte de decir: ‘Ay pobrecitos’, cambian del canal NatGeo a uno de deportes o la novela y se les olvidó qué pasaba en el mundo. Uno se vuelve muy insensible a esto, e incluso se acostumbra a vivir con el plástico y la contaminación.
”Eso hace que se desconozcan muchas cosas. El plástico en las botellas de agua, y más si somete a estrés térmico como calentar un biberón de leche en el microondas, suelta químicos y estos funcionan como disruptores endocrinos. Esas sustancias disparan o disminuyen los niveles de hormonas; eso, a la larga ocasiona cáncer, diabetes, problemas de aprendizaje y un sinfín de problemas.
”En un estudio realizado en Estados Unidos con mujeres que dieron a luz recientemente, les sacaron muestras a los cordones umbilicales y se encontró residuos químicos de plásticos”.
Leyendo su bitácora de expedición, usted menciona que hallaron plásticos mordidos por peces.
Muchos tenían mordidas, sobre todo los que estaban en los arrecifes de coral. Fuimos a un acuario a identificar las especies, según el tipo de mordida y encontramos que eran de peces loro. A los cetáceos (ballenas y delfines) les entran microplásticos a través de la respiración; las aves tienen los estómagos llenos.
Al ser consumido por especies marinas, ¿en cierta forma nos estamos comiendo el plástico?
El ser humano está cerrando el círculo. Los peces confunden el microplástico con comida y cuando se ven los sistemas digestivos, allí hay plástico. Pero también lo estamos consumiendo al calentar un tupper en el microondas, empacar la comida en estereofón o tomar el agua de una botella plástica.
Aparte de apelar a la conciencia, ¿hablaron de otras soluciones?
Como 5 Gyres es una organización estadounidense; ellos sí hacen mucha pelea legal. De hecho, acaban de ganar una en EE.UU. para crear una ley que prohíba el uso de microesferas para los exfoliantes en crema, porque todos esos productos cosméticos las traen y están hechas de plástico. Lo primero es que con eso te estás sobando la cara y, lo segundo, es que esas microesferas están contaminando el agua.
”Ya para el 2015, algunas empresas ya lo tienen prohibido y se espera que para el 2017, ya todas acaten esta prohibición.
”Lo bueno es que esta presión cuenta con el aval científico y ya existe legislación que protege los cuerpos de agua. En Centroamérica estamos a años luz, pero, en lugar de esperar a que el Gobierno haga, uno puede empezar a cambiar.
”Si uno empieza a consumir más vidrio y empaques de cartón, pues las empresas grandes van a ver que es rentable”.
”Ahorita, las empresas van y limpian las playas, sacan tres toneladas en un día y uno se pregunta: ¿y las otras tres toneladas del día siguiente? Pero si empezamos a preferir bebidas en envase de vidrio, tomar directo del vaso o botella para no usar pajilla y comprar los huevos en empaque de cartón, esos son cambios que eventualmente tendrán un impacto. Entonces ya no serán tres toneladas diarias.