Una luz de esperanza se encendió tras la protagónica aparición del tiburón martillo, una especie en peligro de extinción, en más de 200 horas de grabaciones submarinas realizadas durante una expedición científica entre las islas del Coco, en Costa Rica, y Galápagos, en Ecuador.
Esta especie, cuyo nombre científico es Sphyrna lewini, fue la más recurrente entre las 16 captadas en los videos durante 11 días que duró la incursión, del 2 al 13 de abril de este 2018.
Se trató de una investigación coordinada por la Fundación Pacífico con el objetivo de identificar las especies que transitan por ese trayecto, así como cuantificar su distribución y abundancia y conocer la diversidad de sus depredadores.
Todo esto con el fin de conocer la mayor cantidad de información de estos animales, de manera que sea posible proveerles mejores condiciones para su subsistencia.
La ruta estudiada comprende 800 kilómetros entre la Isla del Coco y las Islas Galápagos, importante corredor marino para la conservación de especímenes altamente migratorios como tiburones, ballenas, rayas y tortugas marinas.
En ese corredor se visitaron ocho lugares diferentes ubicados en la Cordillera Volcánica de Cocos, zona que une las Áreas Marinas Protegidas (AMP) de Galápagos y Cocos. Entre esos sitios, icónicos para muchos especímenes marinos, destacan el norte de la Isla Darwin, en la Reserva Marina Galápagos, así como diversos montes submarinos como Paramount, Medina, West Cocos, Las Gemelas y la Isla del Coco.
El más 'popular'
Carlos Chacón, coordinador de la Fundación Pacífico y de la expedición, dijo que el tiburón martillo fue la especie más vista en todos los lugares en donde se implementó la investigación.
La manera en que los científicos sacaron un cálculo de la cantidad de individuos de cada especie, fue contando cuántos ejemplares únicos aparecían en mayor cantidad en una toma.
Según afirmó Chacón, la abundancia máxima de tiburones martillo en las grabaciones realizadas fue de 30 en una imagen.
"Encontrar una especie tan amenazada en una cantidad tan importante en esta zona del océano es encontrar un tesoro. Es una esperanza en cuanto a protección. De poco sirve protegerlas dentro de la Isla del Coco o dentro de las Islas Galápagos si no se protegen cuando están yendo de un lugar a otro", enfatizó Chacón.
Se trata de un depredador con una peculiar cabeza que le sirve para mejorar su capacidad a la hora de encontrar presas. Ademas, sus grandes ojos le confieren un mayor alcance visual que a la mayoría de sus parientes.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés) cataloga al tiburón martillo como una especie en peligro cuyos principales agresores son la pesca ilegal y la contaminación de los océanos.
Zdenka Piskulich, presidenta de la Fundación Pacífico, afirmó que en los últimos 25 años, las poblaciones de estos especímenes han disminuido más del 80%.
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“La alta vulnerabilidad, las largas migraciones de los tiburones y la sobrepesca que sufren, tanto en aguas nacionales como internacionales, ponen de manifiesto la clara necesidad de protegerlos”, expresó Piskulich.
Todas las especies
Junto al tiburón martillo, en los 11 días de incursión entre Isla del Coco e Islas Galápagos se dejaron ver otras 15 especies. En orden de aparición, estas son: el dorado, el delfín nariz de botella, el tiburón zorro, el lija barbuda, el tiburón sedoso, el marlin rayado, el lanzón picudo, el tiburón Galápagos, la tortuga verde, el jurel dorado, el marlin negro, el pez vela, la raya látigo azul, el jurel verde y el pez piloto.
Según explicó el científico Carlos Chacón, el tiburón zorro fue uno de los más representativos, porque es de los que están más amenazados.
"Lamentablemente, el tiburón zorro cae presa de la pesca incidental. Casi siempre que vemos uno es muerto, en un anzuelo, colgando de una línea de pesca. Por lo tanto, verlo en su ambiente natural fue algo extraordinario", aseguró.
Muchas de estas especies son capturadas en alta mar producto de la pesca de atún y de pez espada.
A lo anterior se suma la existencia de nuevos mercados para la carne de tiburón y la elevada demanda de sus aletas en el comercio, con las que se prepara la sopa de aleta de tiburón. Para esto, los individuos son cercenados; les arrancan las aletas y los cuerpos son arrojados al mar.
Tortuga fue rescatada
Como parte de la expedición, una tortuga lora que estaba enredada en 60 kilos de línea de pescar y varios recipientes de plástico, fue rescatada por los científicos.
“Estando mar adentro, observamos un bulto que se asomaba con esfuerzo en la superficie”, contó Esteban Herrera, director de Áreas Silvestres Protegidas de Costa Rica y uno de los investigadores.
Según dijo el experto, el hecho es una evidencia de la gran cantidad de basura que hay actualmente en el Océano Pacífico.
“Este tipo de tortuga es una especie que está en peligro crítico de extinción. Sin pensarlo, nos dimos a la tarea de ayudarla. Nos acercamos y logramos subirla al barco. Estábamos angustiados por liberarla pronto porque notábamos que estaba agotada, posiblemente, llevaba muchos días tratando de liberarse ella sola y sobrevivir”, aseveró Herrera.
El especialista aseguró que el animal fue liberado con vida y en buen estado.
Un convenio
Los hallazgos de la expedición entre Isla del Coco e Islas Galápagos fueron revelados la mañana de este viernes, en un evento en el que se firmó un convenio marco de cooperación para la conservación de las especies acuáticas y aves entre la dirección del Parque Nacional Galápagos y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica (Sinac).
El acuerdo tiene como objetivo fortalecer las acciones de conservación, control y protección de los ecosistemas en ambos parques nacionales de Ecuador y Costa Rica, los dos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Jorge Carrión, director del Parque Nacional Galápagos, dijo que ya se hizo lo principal, que era saber qué tipo de especies se desplazan por este corredor marino.
Con esos datos, aseveró el representante ecuatoriano, se podrán tomar decisiones para proteger estas especies.
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"Una vez que hayamos identificado la biodiversidad, podremos pensar en armar un plan de trabajo para abarcar la conservación del corredor biológico", manifestó.
Uno de los temas prioritarios será el de la pesca, expuso Carrión.
Además de la Fundación Pacífico, la expedición contó con el esfuerzo de las direcciones del Parque Nacional Galápagos y del Parque Nacional Isla del Coco, y fue financiada por la Fundación Waitt, el Shark Conservation Fund y el Helmsley Charitable Trust.
También participaron la organización MigraMar y el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica (UCR).