El 50% de los hogares costarricenses tienen uno o dos perros como mascota, algunos hasta más. Incluso, a estos se les considera miembros de la familia.
Para los ticos, un perro que esté bien es aquel que cuenta con una buena alimentación y cuidados veterinarios, y que recibe cariño y posee un espacio seguro y limpio.
Sin embargo, esa no es la realidad en la mayoría de los hogares. Sí, los ticos aman a los perros, pero tienden a ser dueños despreocupados y eso termina por poner en riesgo a su mascota.
Estas son conclusiones del estudio Tenencia responsable de perros , realizado por la organización Protección Animal Mundial. La investigación pretendía evaluar la situación de las mascotas en el país y la relación con su dueño. En este sentido, se analizaron aspectos como vida y costumbres, tipo de trato, control médico, alimentación y convivencia, entre otros.
Para ello, la organización subcontrató una encuesta telefónica que se aplicó a 1.850 familias ticas entre diciembre del 2015 y enero del 2016. Asimismo, se entrevistó de forma domiciliaria a 150 hogares que carecían de teléfono.
La cobertura de la encuesta fue nacional y su nivel de confianza se estimó en 95%.
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Relación con el animal. “La forma en que nosotros amamos a los perros es como de primer mundo, pero la forma en que los cuidamos todavía no nos permite acercarnos a esos países. Con este estudio, vimos que la gente tiene una idea de lo que el perro necesita, pero no sabe cómo satisfacer esa necesidad”, afirmó Melania Gamboa, gerenta de Programas Veterinarios de Protección Animal Mundial.
Esto se refleja, por ejemplo, en los paseos. Si bien la mayoría de los dueños dice salir a pasear con sus perros, un 16,9% admite que nunca sale y un 17,6% confiesa que sus mascotas salen solas a la calle. “La cantidad de perros que salen a pasear sin correa (21,7%) también es una señal clara de tenencia irresponsable. El deambular sin supervisión es malinterpretado como ‘salir a pasear solos’ y, por esa falta de vigilancia, estos canes pueden causar accidentes de tránsito, morder a otras personas, escaparse o perderse”, se lee en el estudio.
Esto se agrava cuando el 71,6% de los dueños manifiesta que sus animales no están identificados, lo cual los hace vulnerables a extravíos y emergencias.
Un tema de tenencia irresponsable y salud pública lo constituyen las excretas . El 79,2% de los propietarios dice no recoger las heces de su mascota. El 83,3% de esos canes hace sus necesidades en el patio o jardín de la casa y el 11,5%, en la calle.
Los parásitos contenidos en las excretas ponen en peligro la salud de otros animales que pudieran olerlas, así como de las personas, sobre todo los niños. Los seres humanos pueden desarrollar problemas gastrointestinales y, a veces, hasta ceguera.
“De acuerdo con los datos suministrados por los encuestados, 152.830 perros excretan en la calle con el conocimiento de sus dueños. Sin embargo, tomando el cuenta cuántos perros salen solos durante el día, se puede estimar que serían más bien 233.897 los que excretan en la calle”, indica el informe.
Para Gamboa, no recoger las heces podría ocasionar conflictos entre vecinos, poniendo en riesgo a la mascota que, eventualmente, pagaría con su integridad física el descuido de su dueño ante una persona cegada por la ira.
Cuidados. En este estudio, muchas respuestas dadas por los dueños reflejan la conducta deseada más que la real. “Sus respuestas reflejan conocimiento sobre la importancia de cumplir con las necesidades de los perros , pero desconocimiento sobre cómo hacerlo”, detalle el informe.
Ese “fenómeno de deseabilidad” se evidencia en las respuestas sobre frecuencia de baño, desparasitación, uso de métodos antipulgas y cepillado.
“De ser ciertas algunas de las respuestas, causarían serios daños físicos a los perros y serían económicamente insostenibles para un dueño promedio”, enfatiza el estudio.
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El 94% de los propietarios baña a su mascota una vez al mes o semanalmente.
La frecuencia de baño dependerá del tamaño del can, su tipo de pelaje y estilo de vida. En términos generales, los pequeños pueden bañarse cada 15 días, y las razas grandes, una vez al mes.
La tercera parte de los encuestados también dijo cepillar el pelo de sus mascotas una vez a la semana, pero el 29,4% confiesa no hacerlo nunca. El cepillado es importante para detectar pulgas y garrapatas, así como para percatarse de dermatitis, alergias o verrugas. De hecho, la mayoría dijo ponerle, una vez al mes, productos para el control de garrapatas y pulgas, lo cual es positivo.
Otro tema que suele pasarse por alto es la salud dental. Idealmente, a los perros hay que cepillarles los dientes todos los días, o al menos, una vez a la semana. A esto hay que acostumbrarlos desde cachorros.
Una vez al año puede llevarse al médico veterinario para realizarle una limpieza.
“Es igual a nosotros. Podríamos no lavarnos los dientes e ir una vez al año al dentista, este nos saca las piezas malas y listo. Pero lo mejor sería tener una buena higiene bucal para conservar las piezas y evitar otros padecimientos”, dijo Gamboa.
La mayor parte de los entrevistados manifestó jugar y salir a pasear con sus perros todos los días y en esto se evidencia el cariño que tienen las personas por sus mascotas.
Al preguntárseles dónde permanece su perro durante el día, la mayoría dijo que suelto en el patio o dentro de la casa, pero un 11,8% admitió que amarrado.
“La prevalencia de perros que permanecen amarrados en el día es igualmente preocupante y este porcentaje es mayor fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), especialmente en las regiones Huetar Norte y Atlántica. Esto produce frustración, aburrimiento, sufrimiento e inclusive agresividad ”, se lee en el estudio.
Educación. El estudio destaca el cariño que sienten los ticos por sus mascotas, pero advierte sobre la necesidad de educar en tenencia responsable de animales.
“Promover la educación e información sobre cómo relacionarse con los perros y suplir sus necesidades en cuanto a ambiente, dieta, comportamiento, compañía y salud. Además es necesario educar en la prevención de mordeduras , lenguaje canino y socialización ”, dice el estudio.
El país está dando pasos en este sentido. El Viceministerio de Juventud y el Ministerio de Educación Pública (MEP) crearon un programa de trabajo comunal estudiantil en el tema de bienestar animal dirigido a colegiales.
Asimismo, los nuevos planes de estudio del MEP incluyeron la interacción con animales en entornos saludables, como parte del temario escolar de Ciencias.
“El tema no puede quedarse en lo formal. La tenencia responsable debe ser parte de la educación comunitaria. Por ejemplo, el padre de la iglesia puede organizar una charla o jornada de bienestar animal en su barrio, o el alcalde del cantón puede invitar a un médico veterinario para que dé una charla sobre cuidados de la mascota”, subrayó Gamboa.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal, un buen propietario es quien garantiza a su mascota las cinco libertades del bienestar animal. Estas son:
1) Proveerle de alimento y agua fresca para garantizar su salud.
2) Librarlo de miedos y estrés, lo cual se relaciona a evitar cualquier forma de maltrato.
3) Brindarle un espacio limpio y seguro, donde el animal no pase incomodidades como exponerse a la lluvia, al frío o a las altas temperaturas.
4) Garantizarle cuidados veterinarios para evitarles dolor, lesiones o enfermedades.
5) Ser libre para expresar su conducta natural. En el caso de los perros, hacerlos sentir en manada, dejarlos correr, explorar y ladrar, entre otros.