La microfilmación consiste en sacar una especie de fotografía a cada una de las páginas que forman parte de una publicación.
Estas fotografías quedan en un negativo original que se reserva y del cual se puede sacar copias para la utilización de los usuarios en unas máquinas especiales, sin necesidad de sacar siquiera de su estante el soporte en papel.
Los microfilmes bien conservados tienen una vida útil de 500 años. La máquina de microfilmación que actualmente tiene la Biblioteca Nacional fue donada por la Junta de Protección Social de San José en la década de 1980.
El procesador, uno de sus componentes, se dañó el año pasado y no ha podido ser utilizada debido a que la reparación cuesta ¢1 millón y la Biblioteca no cuenta con ese presupuesto.
"Una máquina nueva costaría $10.000 (unos ¢5 millones), pero si para el 2006 nos dieron ¢2 millones para comprar el equipo que necesiten las 60 bibliotecas públicas y la Nacional, ¿cuándo lo vamos a comprar?", manifestó Carmen Madrigal, directora general del Sistema Nacional de Bibliotecas.
Actualmente existen unos 700 rollos de microfilmes, entre originales y duplicados, con unos 20 títulos completos.
En las bibliotecas más importantes del mundo ya se trabaja con la digitalización de microfilmes, de manera que las colecciones pueden ser consultadas en discos compactos, por medio de computadoras o directamente en Internet.
Este tipo de digitalizadores cuestan varios miles de dólares.
"Mi sueño es digitalizar colecciones completas ya microfilmadas, como Repertorio Americano, una publicación costarricense de importancia para todo el continente, para ponerlas en Internet", explicó la directora de la Biblioteca, Yamileth Solano.