El acta de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica recoge hechos y decisiones de hace 200 años, en 17 folios y con 20 firmas.
Para celebrar el bicentenario, que se cumplirá este 25 de julio, profesionales de diferentes ramas se dieron a la tarea de remozarla.
En el proceso participaron profesionales del Archivo Nacional (institución que custodia este documento histórico), la Universidad de Costa Rica (UCR) y diversas iniciativas privadas. Todos se unieron para darle una nueva vida a este trozo de la historia costarricense.
A pesar de los rigurosos cuidados con que el Acta se resguardó en las últimas décadas, el paso del tiempo provocó deterioros físicos en los folios, algunos de los cuales estaban rasgados, faltantes de papel, con parches adhesivos, suciedad y humedad. También había algunos detalles en su encuadernación y costuras que podían mejorarse.
El estado no era crítico, los restauradores la definieron como “afectación media”, pero era importante conservarla para asegurar su preservación a largo plazo.
Los firmantes del Acta de la Anexión
Entre las firmas que aparecen en el Acta de la Anexión están las de Manuel Briceño, jefe político subalterno y comandante de Armas del Partido de Nicoya; además de las rúbricas de Toribio Viales, Ubaldo Martínez y Manuel García, regidores de la Municipalidad de Nicoya. Asimismo, se ven los nombres de autoridades militares, civiles y “los principales de este pueblo” que asistieron al cabildo abierto convocado para discutir la unión de ambos pueblos.
Los firmantes justificaron la decisión de incorporarse a Costa Rica por aspectos económicos, políticos y jurídicos.
Ahí quedó consignado el importante papel que jugaron el golfo de Nicoya y el río Tempisque para las comunicaciones y actividades económicas. Igualmente, imperó el resguardo del orden público y la seguridad de nuestro país, así como la vinculación de Costa Rica a la Federación Centroamericana.
Otros factores que pesaron para la decisión incluyeron la recepción y aumento del numerario utilizado en Costa Rica para las transacciones comerciales y de otra índole, la regulación en Nicoya y Santa Cruz de las tercenas de tabaco y otras regulaciones tributarias, así como la viabilidad del “nuevo orden” político bajo la tutela de Costa Rica.
¿Cómo se restauró el Acta de la Anexión?
El proceso de restauración no fue rápido. La intervención de cara al Bicentenario tomó varios meses, liderada por el Departamento de Conservación del Archivo Nacional.
Al frente de las labores estuvo Carlos Pacheco Ureña, restaurador con más de 40 años de experiencia y que también coordinó la restauración del Acta de Independencia.
El primer paso consistió en descoser los 17 folios del Acta de la Anexión del Partido de Nicoya y desprender su encuadernación.
Una vez separadas las hojas, comenzó la intervención de profesionales de la UCR. Ellos trabajaron bajo el liderazgo de Mavis Montero, encargada del Laboratorio de Conservación de Patrimonio Cultural (LABCultura) del Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima) de la UCR.
El equipo de científicos realizó pruebas y determinó, mediante la preparación de un protocolo, las acciones para llevar a cabo el proceso de restauración con sustancias químicas.
Con el protocolo ya estandarizado, se realizó una limpieza mecánica, con el fin de eliminar la suciedad, polvo y otros contaminantes superficiales. Este paso, que se realiza con métodos no invasivos, es fundamental para prevenir daños adicionales y facilita las siguientes etapas.
Posteriormente, se eliminaron los cuerpos extraños y se hizo un lavado de folios. A estas hojas con 200 años de historia se les aplicó un jabón especial, diseñado y fabricado por Darío Chinchilla, profesor de la Escuela de Química de la UCR. Este jabón fue donado a través de su empresa privada, Terra & Botanics.
El lavado también involucró la aplicación de hidróxido de calcio, para ayudar a la preservación, ya que hace la degradación más lenta. Al finalizar se dejó secar.
Finalmente, llegó el momento de agrupar los folios en cuadernillos, tarea para la cual se tuvo el apoyo del encuadernador y restaurador de libros Luis Umaña, dueño del taller El Diario de los Viajes.
Umaña donó su trabajo para el cosido de los cuadernillos, siguiendo la técnica tradicional empleada anteriormente en este tipo de documentos. También se encargó de la cubierta en cuero y el montaje respectivo, para finalmente elaborar un contenedor especial para resguardar el libro.
“Es gratificante aplicar los conocimientos y la experiencia acumuladas a través de tantos años en contacto con nuestros tesoros documentales. (...) Deben resguardarse para que la memoria documental perdure y sirva para que nos conozcan las futuras generaciones y se sientan orgullosos, como ahora nosotros, de nuestras raíces y el legado de nuestros antepasados”, afirmó Pacheco.
Aunque muchos costarricenses quisieran ver el Acta de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica esta no será expuesta. El Archivo Nacional seguirá el consejo de los restauradores.
Luego de esta intervención, el documento será resguardado en los depósitos especializados, lejos del desgaste producido por la exhibición y la manipulación.
El acta entonces quedará en los depósitos del Archivo Histórico y solo se abrirá para mantenimientos futuros.
Sin embargo, en la sala de consulta del Archivo Nacional habrá una réplica física y estará también disponible la copia digital en la mayor calidad posible para la consulta de toda la ciudadanía, como ha sucedido hasta ahora.