Dentro de la ciudad guanacasteca de Liberia existe un micromundo de 5.000 metros cuadrados, en el que la naturaleza, los seres humanos y el desarrollo económico aprendieron a convivir sin devorarse entre sí.
El proyecto arquitectónico y urbanístico El Pelón de la Bajura –diseñado por el costarricense Andrés Morales– obtuvo una alta distinción ( highly commended ) en la categoría arquitectura de uso mixto, de los International Property Awards 2013.
El concurso internacional convoca anualmente en Londres, Inglaterra, a arquitectos de los cinco continentes que participan con sus proyectos en cuatro grandes categorías: arquitectura, diseño de interiores, bienes raíces y desarrollo, las cuales, a su vez, se dividen en subcategorías.
“Este proyecto es un ejemplo de que la arquitectura sostenible es una realidad, de que sí es posible levantar construcciones sencillas, funcionales y económicas, sin necesidad de destruir la naturaleza”, explicó Morales, quien viajó a la capital inglesa para participar en la ceremonia de premiación.
Espacio de vida. Según detalló el arquitecto, el proyecto integra varias edificaciones y espacios que tienen como eje central el funcionamiento de la empresa El Pelón de la Bajura S. A., dedicada a la producción de arroz. Así, el complejo reúne toda la infraestructura necesaria tanto para las operaciones de la empresa como para que los trabajadores puedan satisfacer sus necesidades de vida. La ciudad miniatura concentra las oficinas administrativas de la empresa, el taller de maquinaria, las casas para los trabajadores y sus familias, comedor de empleados, jardines, áreas recreativas, un parque, la parada de buses, el comisariato (pulpería), la escuela, el salón comunal, la iglesia y hasta un pequeño museo.
“Para las construcciones se utilizaron materiales de desecho provenientes de la industria, como maderas de pochote y teca, y metales como acero y cinc”, dijo Morales.
Cada uno de los detalles de diseño y construcción mantienen como prioridad el equilibrio con el ambiente.
“Por ejemplo, el sistema eléctrico comprende lámparas de bajo consumo energético, las cuales tienen una vida útil mucho más prolongada que las convencionales Los elementos de fontanería, como grifos, duchas e inodoros, cuentan con sistemas de ahorro de agua”, declaró el arquitecto.
Para contrarrestar los efectos de las condiciones climáticas extremas, como altas temperaturas y abundantes aguaceros, las cubiertas de los edificios se construyeron con láminas metálicas acanaladas de color blanco, con una inclinación que permite evacuar el agua rápidamente y aleros prolongados que dan sombra.
El contacto con el entorno natural es uno de los principios fundamentales del proyecto.
“La naturaleza es como un templo y los seres humanos tenemos que aprender a vivir en armonía con ella”, resaltó Morales.
El complejo cuenta con un parque llamado El Buen Camino y varios espacios para el descanso, el deporte y la recreación al aire libre. De acuerdo con el arquitecto, este proyecto se acopla con un concepto de sostenibilidad que rige a El Pelón de la Bajura, pues esa empresa cuenta con una planta de generación eléctrica para el autoconsumo a partir de la cascarilla del arroz y biodigestores que aprovechan los desechos de la granja porcina, también para generar energía.