San José
Corría el año 1994 y el edificio que funcionó durante muchos años para destilar los licores de Costa Rica se convirtió en el mayor complejo cultural del país: el Centro Nacional de la Cultura (Cenac).
Hace 20 años, un proyecto arquitectónico de restauración y rehabilitación transformó este edificio construido durante la segunda mitad del siglo XIX en la sede permanente del Ministerio de Cultura y de varias de sus dependencias como el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), el Teatro 1887 y el Teatro de la Danza.
Un conversatorio organizado por la revista Su Casa de Grupo Nación y el MADC invita al público a un recorrido histórico y arquitectónico por este emblemático edificio. El MADC también celebra este año su vigésimo aniversario.
La cita es este miércoles 4 de junio a las 7 p.m. en la sala 1 del MADC, dentro de las instalaciones del CENAC.
El conversatorio se centra en tres ejes: patrimonio, arquitectura y arte contemporáneo y tendrá como ponentes a los arquitectos Hernán Jiménez y Andrés Fernández.
Jiménez formó parte del equipo de arquitectos que diseñó el proyecto de intervención para transformar la antigua Fábrica Nacional de Licores en el CENAC.
El grupo –llamado Calicanto– estuvo integrado por Jiménez, Marco Valverde y Nicolás Sánchez y dicho proyecto les mereció el premio de la II Bienal de Arquitectura de Costa Rica, en 1994.
También participa en el conversatorio el arquitecto Andrés Fernández, especialista en investigaciones sobre historia de la arquitectura costarricense.
La conferencia es gratuita, pero el cupo es limitado y es necesario inscribirse en el siguiente formulario.
Según explicó Fernández, este edificio se terminó de construir en 1856 y se le hicieron algunas ampliaciones entre 1886 y 1887. Al inmueble se le realizaron muchas intervenciones incluso hasta los años 1940.
El arquitecto destacó que este edificio conserva una buena parte de su estructura original: la fachada oeste que colinda con el Parque España. "Es un edificio de transición de la arquitectura criolla de herencia hispana, en sus pabellones norte y sur, hacia la arquitectura neo-clásica, en el pórtico", declaró Fernández.
La corriente clásica empezaba a imponernse en los edificios de la época como expresión arquitectónica oficial del estado liberal y cafetalero del expresidente Juan Rafael Mora Porras (1849-1859).
Sobre la rehabilitación del inmueble en 1994 Fernández opinó que "es uno de los proyectos de rescate y regeneración urbana más importantes de la ciudad capital y del país. La intervención arquitectónica permitió conservar la esencia de la vieja fábrica y convertirla en una sede contemporánea y funcional para un ministerio dinámico y abierto como tiene que ser el de Cultura y Juventud".
Dicho proceso de rescate arquitectónico se produjo durante el gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994) con Aida Faingezicht como Ministra de Cultura.