Abrazado por las montañas de la cordillera de Talamanca, el poblado de Grano de Oro, cabecera del distrito de Chirripó de de Turrialba, en Cartago, es como un “santuario” donde conviven la naturaleza y la tradición indígena cabécar.
Allí, en medio del bosque, se levanta ahora un gigante de madera con cuerpo rectangular y cabeza de triángulo.
El nuevo integrante de la comunidad es el edificio que alberga el Centro de Capacitación Indígena Käpäcläjui, diseñado por el estudio arquitectónico Entre Nos Atelier .
Dicho proyecto fue uno de los ganadores en la XV Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires, celebrada en setiembre en Argentina.
En ese mismo concurso resultaron premiados el estudio Rafael de la Hoz Castanys por la obra sede Repsol, Madrid, España, y el estudio MXT por la obra peatonal y para bicicletas, Lisboa, Portugal.
La voz de todos. El equipo de Entre Nos Atelier –integrado por los arquitectos costarricenses Michael Smith y Alejandro Vallejo– defiende la idea de que el diseño de un proyecto debe ser un proceso participativo e involucrar a los usuarios finales.
“El objetivo es crear entre los habitantes un sentido de apropiación del edificio, en armonía con la comunidad y con el entorno natural.”, explicó Smith.
De acuerdo con el arquitecto, el concepto del diseño se basó en las necesidades y peticiones que los propios miembros de la comunidad expresaron en una serie de talleres.
“Ellos solicitaron un espacio sin barreras para mantener su conexión con el bosque. El resultado es un edificio construido con materiales naturales, confortable, permeable, ventilado, con techos altos y que permite el contacto con su entorno”, detalló Smith.
En criterio del arquitecto, los elementos geométricos del techo y sus pendientes altas rescatan el diseño de la llamada “casa cósmica talamanqueña”, con sus techos cónicos.
La estructura es prefabricada y se levanta sobre pilotes, rasgo característico de las construcciones en zonas muy lluviosas, donde se producen inundaciones. El diseño estructural estuvo a cargo de Juan Tuk, de Grupo Xilo.
Uso comunal. Con una superficie de 470 metros cuadrados, el edificio comprende dos niveles.
En el primero se ubican las áreas administrativas (oficinas), salones multiusos, comedor, cocina, servicios sanitarios, laboratorio de cómputo, biblioteca y bodegas.
Mientras, el segundo piso tiene un mezzanine que funcionará como albergue para dar hospedaje temporal a visitantes. De acuerdo con Smith, allí se puede albergar a entre 50 y 70 personas.
El material de construcción usado es madera de pino radiata ( Pinus radiata ) y en vez de pintura se utilizaron tintes especiales con tonos naturales.
Dicho edificio beneficiará a los habitantes de la reserva indígena cabécar de Alto Chirripó.
“Esta es una reserva grande; tiene un área de casi 75.000 hectáreas y una población de casi 8.000 indígenas. Pero también tenemos muchas necesidades, pues el nivel de pobreza es muy alto. Este centro de capacitación nos da la esperanza de poder incorporar a la población indígena al mundo globalizado”, opinó Juan Carlos Aguilar, líder comunal.
Aguilar formó parte de la Junta Directiva de la Asociación de Desarrollo Integral de la Reserva Indígena Cabécar de Alto Chirripó y trabaja, actualmente, en labores sociales.
“La ubicación de este nuevo edificio es muy buena porque Grano de Oro es el centro donde los indígenas de todas las comunidades vienen a hacer su compras y sus trámites”, dijo.
La inversión fue de $400.000 y fue financiado por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).
“La reacción de los pobladores ha sido muy positiva. Como el centro está en manos de indígenas, esto los hace sentirse más cómodos, más confiados entre su propia gente que si estuviera administrado por manos ajenas”, puntualizó Aguilar.