A partir de setiembre de este 2017, los limonenses estrenarán un edificio municipal de cinco pisos, que refleja en su estructura el alma caribeña.
Ya está lista la nueva casa del ayuntamiento local, un vistoso inmueble esquinero ubicado 100 metros al norte del estadio Juan Gobán, en el corazón de la ciudad.
El edificio tuvo un costo ¢2.000 millones y se edificó en menos de año y medio.
Se trata de una estructura de 2.400 metros cuadrados y con un área total de construcción de 3.600 de metros cuadrados, tomando en cuenta plazoletas y parqueos.
La edificación, hecha principalmente de vidrio, cuenta con dos elevadores, dos baterías sanitarias y una amplia sala de sesiones municipales que también funcionará como auditorio.
Además, tendrá un comedor al aire libre y hasta un gimnasio para los empleados; este último estará en la quinta planta.
Raimond Smith, asesor de la Alcaldía de Limón, dijo que el acto de inauguración de la nueva municipalidad se llevará a cabo el 30 de agosto, un día antes del tradicional festejo del Día del Negro y la Cultura Afrocostarricense.
Aunque no precisó la fecha exacta de inicio de labores, el representante municipal aseguró que la nueva casa del ayuntamiento estará funcionando durante los primeros días de setiembre.
La sede del municipio albergará a unos 90 empleados distribuidos actualmente en cuatro edificios: el principal, ubicado al costado norte del parque Balvanero Vargas; la antigua Capitanía de Puerto, al lado del inmueble principal; uno cercano al nuevo edificio de la municipalidad, que es donde se ubican las cámaras de seguridad de la ciudad y, por último, otro de proyección social situado en la localidad de Corales II.
Un mejor panorama
La moderna edificación viene a dar un respiro al paisaje urbano, pues en el terreno donde se construyó funcionaba antes el taller municipal. Ahí se guardaban los camiones recolectores de basura.
“El cambio de tener el montón de recolectores con basura y con malos olores, a tener ahora este edificio, es muy grande y muy positivo para los habitantes… El concepto nace con sacar el taller del centro de Limón”, comentó Smith.
Según explicó el funcionario, antes de iniciar las obras del recién construido ayuntamiento, fue necesario edificar un nuevo taller en el poblado de Sandoval, cerca de las instalaciones de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
A diferencia de otros proyectos emprendidos en la provincia, cuya puesta en marcha no ha sido tan ágil, la rápida construcción de la nueva sede municipal es una fortaleza destacada por los habitantes.
"Considero que el nuevo edificio trae mucho beneficio a los limonenses. Está muy bien ubicado y tiene una muy bonita presentación", expresó Alex Ruiz, vecino de Limón.
Eduardo Hernández, quien desde hace años tiene una recicladora de metales ubicada a dos cuadras del futuro ayuntamiento, también comparte este criterio.
"Al alcalde le tocó ejecutar la obra y parece que lo ha hecho bien, porque lo construyeron muy rápido", comentó.
Por su parte, Azucena Carmona, quien tiene 10 años de vivir al frente del terreno de construcción del municipio, espera que se generen más oportunidades laborales.
"Dicen que habrá más empleo. Ojalá, porque eso hace mucha falta en Limón", enfatizó la mujer, quien tiene 35 años de edad y es madre de cuatro hijos.
El presupuesto
Los ¢2.000 millones que costó la obra arquitectónica provienen, en parte, del fallido proyecto Limón Ciudad Puerto, una iniciativa que empezó a gestar el Gobierno de Abel Pacheco, en el 2002, con el fin de cambiar el panorama económico y de infraestructura en Limón, pero que no vio la luz por atrasos en su ejecución y fue cerrado en el 2014.
Este iba a ser financiado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), por un monto de $72,5 millones, de los cuales solo se ejecutaron $8 millones.
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De la diversidad de obras que se habían proyectado en la provincia con esos fondos, una de ellas fue el nuevo inmueble municipal, para el cual ya estaban dispuestos ¢1.200 millones. Los ¢800 restantes fueron aportados por el presupuesto municipal.
Estructura rescata legado arquitectónico local
La explotación bananera, que trajo la construcción del ferrocarril entre San José y Limón en 1890, es una vena histórica que sigue latente en esa provincia y que se refleja en sus calles.
Imponentes edificios de estilo victoriano que hace más de un siglo fueron adaptados al húmedo clima y que, orgánicamente, originaron la tendencia victoriano-caribeña, todavía adornan la ciudad.
Esa influencia arquitectónica, caracterizada por techos altos y barandas, entre otros detalles, intenta rescatarse en el nuevo edificio municipal, asegura Osman Herrera, arquitecto creador del diseño inicial de la estructura.
El joven, siendo estudiante de la escuela de Arquitectura y Urbanismo del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), elaboró entre el 2010 y 2012 la Propuesta de diseño para la nueva municipalidad de Limón, un trabajo que donó al ayuntamiento.
La iniciativa la ejecutó como proyecto de graduación para optar por el grado de licenciatura en ese centro de enseñanza superior.
Según contó, aunque luego el municipio debió contratar una firma de arquitectos consolidada para que ejecutaran los trabajos –como lo exige la edificación de una obra pública de ese nivel– se conservó muy buena parte del planteamiento original.
"Debía ser un edificio contemporáneo, pero yo quería traer mucho del estilo victoriano-caribeño, con su facilidad de construcción, techos altos y ventilaciones para alivianar la sensación de humedad característica de la zona", explicó Herrera.
Añorada tendencia
El estilo victoriano es una corriente arquitectónica nacida en Inglaterra, Europa, a finales del siglo XIX, durante el reinado de Victoria I. Luego se expandió a Estados Unidos, desde donde se importó a Costa Rica, para satisfacer las demandas de vivienda de las clases sociales altas.
Destaca por las hermosas barandas, generosos corredores, imponentes torrecillas y ornamentos en los techos a manera de encajes.
En Limón, debido al húmedo clima, fue necesario adaptar esas estructuras con techos más altos y sistemas de ventilación cruzada que proporcionaran una mayor sensación de frescura. Asimismo, se incorporaron a las edificaciones mosquiteros, para paliar la presencia de insectos, y los edificios se construyeron sobre pilotes.
Fresco y sostenible
El ahorro es preponderante al construir; sobre todo si se trata de un edificio público. Por eso, en este caso se contempló que el consumo energético fuera responsable.
"Jugamos con tres volúmenes (de construcción), para que cada parte del edificio se diera sombra durante el día. Cada una de esas partes, a su vez, sirve para distribuir mejor el viento", contó el arquitecto.
En ese sentido, prosiguió, la intención del techo es que funcione como un generador de colchones de aire, para que cuando le dé el sol, no se caliente demasiado.
"Algo muy importante es que el edificio no fuera ancho, sino angosto, para que la luz natural pueda alcanzar el centro de este y lo ilumine bastante durante el día. El vidrio también se pensó para aprovechar mejor la luz solar, así como parasoles en lugares críticos donde impactan con más fuerza las radiaciones", argumentó el especialista.
Con esa hoja de ruta definida, fue posible no solo sacar provecho de la luz natural, sino también del fuerte viento que sopla en la provincia.
"El problema en Limón no solo es solo el calor, sino también la humedad, que ahí siempre anda entre un 80% y un 100%. La única opción para alivianar el efecto de bochorno era por medio de viento, y como ahí el viento corre a un promedio de 4 a 6 kilómetros por hora, el diseño debía aprovechar esa condición", profundizó.
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Antigua municipalidad funcionará como centro de formación
Aún no se tiene planeado cómo y cuándo se intervendrá el edificio donde opera actualmente la Municipalidad de Limón, el cual quedará desocupado en setiembre, cuando el ayuntamiento se traslade a su nueva sede.
Sin embargo, lo que sí está claro es que el lugar seguirá funcionando como un centro de formación educativa para los habitantes.
Así lo confirmó Raimond Smith, asesor de la Alcaldía de Limón, quien dijo que el inmueble se aprovechará para impartir clases de los distintos idiomas que han influenciado a la población caribeña; entre estos, mandarín y francés.
"Es un proyecto que se había tratado de gestar con una universidad estatal, pero no se concretó. Estamos tratando de ver con cuál entidad lo retomamos", comentó el funcionario.
La estructura, situada al costado norte del parque Balvanero Vargas, en el centro de la ciudad, fue declarada patrimonio histórico y arquitectónico de Costa Rica en 1990. No obstante, pese a esa designación, actualmente luce deteriorado.
"Tiene el techo malo, se le mete el agua, hay que cambiarle todo el sistema eléctrico. Son trabajos que se están presupuestando para el 2018", dijo Smith.
Se trata de una edificación construida después de 1951 –los registros del año no son exactos– con un corte arquitectónico neocolonial.
Pomposo vecino
El desgaste de dicha edificación resulta evidente si se voltea a ver a su vecino más inmediato: la antigua Capitanía de Puerto de Limón, un edificio que, por su grado de conservación, ocasiona un contraste visual imposible de ignorar.
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En ese histórico recinto, que también sirvió de casa a la Gobernación, se llevan a cabo ciertas labores municipales, aunque, principalmente, se trata de un lugar abocado a la promoción cultural. Ahí se imparten clases de pintura y se realizan exposiciones de arte, entre otros usos.
La estructura, también con declaratoria de patrimonio histórico y arquitectónico (1995), fue restaurada en el 2014 gracias a que un proyecto para revivirla resultó ganador del certamen Salvemos nuestro patrimonio histórico arquitectónico, del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
En ese momento, la emblemática edificación se recuperó gracias a la inversión de ¢100 millones. Una vez que los funcionarios municipales abandonen ambos edificios para ocupar el nuevo, la Galería del Deportista Limonense, que se encuentra en la antigua Capitanía de Puerto, se trasladará al inmueble principal del ayuntamiento.
De momento, concluyó Smith, es lo único que se ha concretado con respecto a los cambios inmediatos que se llevarán a cabo en ambos inmuebles.