Desde el 26 de febrero de 1982, la plaza de la Cultura ha sido el principal punto de referencia y el lugar de encuentro favorito en el centro de San José. Pero el tiempo es implacable y las obras arquitectónicas también se van desgastando.
Un proyecto de conservación y mantenimiento busca rejuvenecer a esta icónica explanada josefina que es, a su vez, el techo del inmueble subterráneo de los Museos del Banco Central.
Por eso, permanecerá cerrada desde el 4 de abril hasta el 7 de noviembre de este año.
Hito urbano. Según la directora ejecutiva de los Museos del Banco Central (MBCCR), Virginia Vargas, el proyecto se centra en tres ejes: accesibilidad, disfrute del espacio urbano y conservación del edificio.
Una de las transformaciones más visibles será la remoción total del actual piso de concreto, que es poroso y permeable y por ello facilita la filtración de agua de lluvia. En su lugar colocarán un pavimento de gres porcelánico sobre los 4.000 metros cuadrados de la explanada. El arquitecto del Banco Central, Rafael Marín, explicó que este es un material de alta calidad.
Con respecto a la accesibilidad, el plan establece la construcción de tres nuevas rampas que se sumarán a las ya existentes y se incluirá señalización para personas no videntes, tanto en las aceras como en las áreas de transición hacia las rampas.
Marín destacó que el remozamiento de la plaza busca recupera el espíritu del diseño original, una obra de los arquitectos Jorge Bertheau, Jorge Borbón y Édgar Vargas (q. d. D. g.). Por esa razón, se va a recuperar la fuente que alguna vez funcionó al costado noroeste.
El arquitecto señaló que el objetivo es dotar a los transeúntes de un elemento urbano para su disfrute. “Es una fuente transitable pensada para que las personas, especialmente los niños, puedan jugar en el agua. Consta de 52 boquillas (chorros) y durante la noche tendrá una iluminación especial”, detalló.
Desgaste. Debajo de la explanada se resguardan valiosas colecciones de arte, numismática y arqueología. “El edificio se ha ido deteriorando. La última vez que se restauró fue hace 20 años, por lo que es necesaria una nueva intervención”, declaró Vargas.
Por su parte, Marín confirmó que la humedad es una de las principales amenazas.
“Desde hace mucho se presenta un problema de filtraciones que está afectando el acero de algunas vigas ”, comentó Marín.
Estos daños son visibles en las machas de herrumbre que adornan las paredes de concreto.
Marín explicó que luego de valorar diversas opciones, escogieron un sistema de impermeabilización a través de membranas de PVC. “Se va a demoler la sobrelosa de nivelación junto con el pavimento que tiene la plaza. Cuando descubramos la losa principal del edificio, vamos a identificar donde hay acumulación de agua para poder eliminarla”, explicó.
El arquitecto indicó que esa membrana de PVC es como una “piel” que cubrirá la losa.
Posteriormente se colocará sobre la membrana otra losa de nivelación, pero de concreto, para eliminar los drenajes internos de la edificación.
Las obras fueron adjudicadas por medio de licitación pública a un consorcio costarricense conformado por las empresas G CI Ingeniería S. A., Constructora Gonzalo Delgado S. A. y Consultora Salper S. A. El costo del proyecto es de $3 millones y será financiado por el Banco Central, como parte de un proyecto quinquenal de mantenimiento de edificios.
Aunque la plaza tendrá un cierre total durante estos meses de trabajos, los Museos del Banco Central operarán con normalidad, de lunes a domingo, desde las 9:15 a. m. a las 5 p. m.