La vieja Casa de la Cultura de Limón tendrá un nuevo rostro gracias a la rehabilitación que ejecuta el Ministerio de Cultura y Juventud y el Centro de Conservación Patrimonial Cultural.
La restauración tiene un costo de ¢300 millones y es financiada por el proyecto Limón Ciudad Puerto, iniciativa que buscar embellecer y abrir más oportunidades en esta comunidad porteña.
La dirección del proceso de rehabilitación está a cargo del arquitecto argentino, Carlos Laborda.
Él explicó que la aspiración es que, al finalizar las obras se firme un decreto ejecutivo para convertir el edificio en patrimonio arquitectónico costarricense.
“Este sitio tiene una fachada con un lenguaje arquitectónico denominado Art Déco y es uno de los pocos edificios en Limón que ha sido trabajado con ese tipo de lenguaje. Por eso, tiene un alto valor patrimonial”, dijo Laborda.
La Casa de la Cultura, que está ubicada frente al mercado de la ciudad, contará con un teatro nuevo, camerinos, bodega y boletería.
Además, se crearán espacios para talleres de danza, dibujo, pintura y sala de exposiciones. El recinto también servirá de sala de conferencias para 180 personas.
“Eso es importante porque en la actualidad la provincia no tiene un espacio así”, agregó Laborda.
La intervención incluye sustitución completa del techo, reforzamiento de vigas, columnas y paredes. También contará con nuevos sanitarios, luces, equipo de sonido y mobiliario.
El edificio, construido en 1939 por el arquitecto costarricense José María Barrantes, es propiedad de la municipalidad de Limón. La culminación de las obras de restauración está prevista para mayo próximo.
Historia. En principio, la Casa de la Cultura de Limón fue construida para ser usada como un mercado de carnes. Sin embargo, al finalizar su construcción se utilizó como la Unidad Sanitaria de la ciudad por un espacio de 20 años.
Marcel Taylor, educadora pensionada y ex diputada de Limón, recordó que cuando dejó de ser Unidad Sanitaria se convirtió en el bar Oasis, uno de los más famosos de la zona.
“Hay historias muy jocosas de ese lugar. Esa famosa cantina era frecuentada por muchos hombres y, las mujeres acostumbraban a cruzar la calle para no pasar por esa acera, era como un tabú”, relató Taylor.
Fue hasta 1977 que la infraestructura dejó de ser bar para ser utilizada como Casa de la Cultura, luego de un decreto ejecutivo del gobierno de turno.
“La riqueza cultural de Limón exige tener una buena Casa de la Cultura”, añadió Taylor.