La lluvia, los cambios de temperatura, las palomas que rodean el edificio y, sobre todo, la contaminación generada por los vehículos que transitan por el centro de San José, golpean la estructura del Teatro Nacional.
Es por este motivo que los responsables de dicha estructura empezaron un proceso de restauración en su fachada sur, que da a la avenida segunda y la cual es una de las áreas del edificio que sufre más deterioro por la exposición que tiene.
Las obras consisten en la sustitución y reparación de algunas de las piedras que bordean las ventanas, así como las que componen el almohadillado y sillerías. Estos últimos son elementos decorativos que están ubicados, principalmente, en las partes más bajas de los muros.
Las piedras de las ventanas, de tipo mollejón, sufrían deterioro por pulverización, es decir, se volvían polvo. Las otras, las del almohadillado y sillerías, pasaban por un proceso de exfoliación, mejor dicho, se iban desprendiendo en láminas.
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Miguel Herrera, encargado del departamento de Conservación del Teatro, comenta que, aunque permanentemente se les da mantenimiento a las fachadas, estas piedras no se habían intervenido antes en 119 años.
Según explicó, se trata de un trabajo muy especializado, pues son piezas grandes. Cada una puede tener unos 70 cm de ancho, entre 50 y 60 centímetros (cm) de alto y 67 cm de profundidad.
Algunas son sustituidas por completo, y otras, que tienen fracturas menores o grietas, solo necesitan ser restauradas.
Por el momento, se reparan las piedras de nueve ventanas del nivel superior de la fachada sur. Los niveles intermedios también son intervenidos, pero con reparaciones menores como cornisas y molduras.
"No son solo piedras. La restauración de la fachada también incluye los repellos, pero esa parte quedaría para una segunda fase, en el 2018", afirmó Herrera.
La mano restauradora
Pese a que desde enero se había contemplado la necesidad de remozar esta fachada, fue recientemente que las autoridades del teatro dieron con Jonathan Krieg, un estadounidense radicado en Costa Rica, quien se especializó en el Reino Unido sobre este tipo de intervenciones.
"Encontramos que en el pasado se han realizado reparaciones que no han sido de la mejor forma y, más bien, han afectado más la piedra", explicó Krieg.
Sin embargo, rescata que el material proporcionado, piedra proveniente de un tajo de San Antonio de Patarrá, es de gran calidad, lo que facilita el trabajo al esculpirla.