Este fenómeno ha intrigado tanto a la comunidad científica como al público en general. Se manifiesta en situaciones cotidianas como el aula o el transporte público. Además, genera debate sobre su origen y mecanismos. Aunque no existen pruebas concluyentes que confirmen habilidades especiales para detectar miradas, diversos factores neurobiológicos y psicológicos contribuyen a esta experiencia.
A continuación, le explicamos por qué las personas se dan cuenta cuando son observadas fijamente, según Francisco José Esteban Ruiz, profesor de biología celular, y Sergio Iglesias Parro, profesor de psicología en la Universidad de Jaén, España, en una entrevista con The Conversation.
Escopaestesia, un fenómeno estudiado
Investigaciones recientes han explorado la escopaestesia, destacando el trabajo del científico británico Rupert Sheldrake. Este realizó varios experimentos que sugirieron que las personas pueden percibir cuando alguien las observa. Sin embargo, críticos como David Marks y John Colwell argumentan que los resultados de Sheldrake podrían haber sido influenciados por errores metodológicos, lo que plantea dudas sobre la validez de sus hallazgos.
La atención exógena, un mecanismo que permite al cerebro reaccionar ante estímulos repentinos, juega un papel crucial en la percepción de ser observado. Esta capacidad, heredada de los antepasados, fue vital para la supervivencia humana al permitir detectar movimientos inusuales en el entorno, como los de un depredador o una amenaza.
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Además, la visión periférica influye en la sensación de ser observado. Aunque menos precisa que la visión central, es excepcional para detectar movimientos sutiles. Si alguien cerca gira la cabeza o mueve los ojos, el cerebro puede registrar ese movimiento, alertando sobre una posible mirada.
Las neuronas espejo, que facilitan la empatía y la comprensión de las acciones de los demás, también pueden contribuir a esta percepción. Estas neuronas se activan al observar a otros actuar, lo que permite que el cerebro interprete las intenciones ajenas casi de manera automática. Esto podría intensificar la sensación de ser observado, según el análisis citado.
El efecto foco y sus implicaciones
En situaciones sociales, muchas personas caen en la trampa del efecto foco, creyendo que todos observan sus acciones. Este fenómeno es común en situaciones estresantes, como llegar tarde a una clase, donde la persona asume que todos notan su presencia. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las personas presta poca atención a lo que sucede a su alrededor.
El mensaje de confirmación también influye en esta sensación. Cuando alguien cree que está siendo observado tiende a enfocar su atención en cualquier señal que confirme esa creencia, lo que refuerza la percepción de ser mirado.
En casos más extremos, la sensación de ser observada puede estar relacionada con trastornos de ansiedad o paranoia. Sin embargo, para la mayoría, esta experiencia es una manifestación natural de la función cerebral, que busca mantenernos alerta y conscientes del entorno. La escopaestesia, aunque intrigante, nos recuerda la complejidad de la mente humana y cómo el cerebro interpreta las interacciones sociales.
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