En Costa Rica se ha dejado de ver varias especies de anfibios, y este hecho se extiende. La baja está bien cuantificada: de las 184 especies de anfibios del país (ranas y sapos, principalmente), veinte presentan problemas en el número de sus poblaciones, lo que las coloca en peligro de desaparecer.
Además, no se ha vuelto a encontrar once especies en todo el territorio nacional, y las que eran muy abundantes ahora se dejan ver muy poco.
El peligro debe ser analizado con cuidado pues se considera que los anfibios son las especies más sensibles a los cambios.
Eso se debe a que tienen una piel desnuda, expuesta al ambiente de modo que perciben los cambios antes que otros animales.
Preocupa que su piel, repleta de antibióticos, no logre protegerse de agentes patógenos.
Gerardo Chaves, de la Universidad de Costa Rica, enfatiza que los anfibios son los primeros que sienten los cambios ocurridos en cuanto a lluvias y temperatura.