La Aurora, Heredia. Las místicas prendas que usó el santo padre Pío para ocultar los estigmas en sus manos se encuentran en Costa Rica.
El Santo sufrió heridas que aparecieron sin explicación científica en sus manos, pies y el costado derecho, las que, según la Iglesia Católica, representan las lesiones sufridas por Jesucristo durante la Pasión.
Las piezas son un pañuelo con el que el santo limpiaba la sangre de sus manos y el guante con el que ocultaba las heridas. También llegó parte de su cabello.
Según el fraile Gian María Digiorgio, custodio de las prendas, el santo padre Pío siempre ocultaba las llagas con guantes cafés, ya que era muy tímido y no quería que la gente viera sus heridas expuestas.
"Cuando el padre Pío daba la misa no portaba el guante, y trataba de ocultar las llagas con los ornamentos, pero cuando levantaba el cáliz se podían ver", dijo el fraile.
Las prendas tienen poco más de un año de circular por el mundo y están protegidas por un vidrio que no deja entrar aire ni gérmenes que podrían dañarlas.
Esta semana se encontrarán en gira por distintos conventos y sedes de órdenes religiosas en actividades privadas. El 25 de abril habrá una celebración pública en la catedral metropolitana, en San José.
"Las reliquias no salieron de convento, sino hasta que fue proclamado santo", explicó el vocero capuchino.
El santo padre Pío, canonizado el 16 de junio del 2002 por Juan Pablo II, perteneció a los frailes franciscanos capuchinos menores y sufrió los estigmas durante 50 años sin padecer de anemia ni infecciones en las heridas.
En Costa Rica. El fraile capuchino menor comentó que el objetivo de la visita a nuestro país es cumplir con promover la fe y la devoción a Dios, tal como lo hiciera el santo padre Pío.
"El mensaje del padre Pío es visitar los países que necesitan el mensaje de alivio en el sufrimiento, principalmente de la gente enferma y la gente pobre", comentó Digiorgio.
La primera comunidad escogida para recibir las reliquias fue la parroquia de Corpus Christie, en La Aurora de Heredia, el pasado 21 de abril. Al templo llegaron más de 3.000 personas que pudieron acercarse a observar y tocar el pañuelo del santo.
"Para nosotros es algo muy importante. Esta comunidad posee una gran devoción hacia el padre Pío, es una fiesta", dijo el presbítero Gabriel Corrales, cura párroco de La Aurora.
El 25 de abril habrá una celebración en la catedral metropolitana, en la capital, a las 5 p. m., con la participación del obispo de San José, monseñor Hugo Barrantes, y se hará la despedida del fraile y las reliquias hacia Irlanda y Escocia.
Desde este último país las reliquias regresarán de nuevo al Convento de Santa María de la Gracia, ubicado en Italia.