La población de la lapa verde ( Ara ambiguus ) del país podría estar recuperándose levemente como resultado de los esfuerzos realizados en educación, investigación, conservación y monitoreo.
Así lo confirmó a La Nación el científico Javier Chassot, director de Investigación del Centro Científico Tropical (CCT), que tiene 15 años de estudiar esta especie de aves, considerada en peligro de extinción en el mundo.
Según el Proyecto de Investigación y Conservación de la Lapa Verde en la Zona Norte, hasta el año 1994 se había detectado una población de unos 200 individuos. Este mismo monitoreo científico detectó en el 2003 una población de entre 25 y 35 parejas de lapas verdes con capacidad reproductiva en el país, es decir, unos 70 individuos.
Sin embargo, para este año, las estimaciones mejoraron. Según Chassot, en el país hay unas 250 lapas verdes y se han detectado al menos 66 nidos permanentes en árboles de almendro ( dipteryx panamensis ).
Precisamente, este repunte en la cantidad de individuos hizo que científicos de toda la región se reunieran esta semana en la Estación Biológica La Selva, en Sarapiquí, para evaluar los resultados nacionales, mejorar las estrategias y aplicarlas en otros países.
“Estas son buenas noticias, pero falta más. Para decir que hay una población saludable de lapas verdes en Costa Rica tendría que haber al menos 500 ejemplares y apenas estamos en 250, la mitad”, enfatizó Chassot.
La científica Guisselle Monge también es parte del Proyecto de Conservación de la Lapa Verde.
La especie. La lapa verde es el ejemplar más grande de la familia de los psitácidos o loras. Históricamente, esta se distribuye por Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador.
Esta ave mide 79 centímetros de largo y pesa aproximadamente 1,4 kilogramos. Su cola es relativamente más corta y más robusta que la de la lapa roja ( Ara macao ) y tiene el pico mucho más grueso.
Actualmente se considera que la lapa verde ha perdido el 90% de su hábitat natural como resultado de la deforestación y destrucción del bosque.
Medidas. Entre las acciones que Costa Rica ha tomado, y que podrían servir de ejemplo para el resto de países, están la veda temporal de la explotación del almendro, especie vital para la supervivencia de estas aves durante su período reproductivo (de noviembre hasta junio).
El país también trabaja en la consolidación del corredor biológico San Juan-La Selva y de un refugio en Maquenque, donde se ha detectado mayor número de anidación de estas aves.
Además, se están combatiendo la tala ilegal y el crecimiento de plantaciones, así como la erradicación del tráfico de sus pichones, una actividad que es bastante común en países como Ecuador y Nicaragua, donde se comercializan lapas como mascotas.
La población mundial de lapas verdes es de unos 3.800 individuos, aunque los científicos suponen que la cantidad podría haber crecido en los últimos años.