Santa Cruz, Guanacaste. La vieja torre ubicada junto al templo parroquial de esta ciudad folclórica de Costa Rica, muestra ahora una nueva cara.
Tras poco más de dos meses de intensos trabajos de restauración, lo que era una vieja edificación deteriorada y con derrumbes ha vuelto a nacer.
En los trabajos se invirtieron ¢25 millones. El grueso del dinero -¢21 millones- lo aportó la empresa Florida Bebidas. Los restantes ¢4 millones provinieron de la empresa privada del cantón.
El año pasado la torre fue declarada Patrimonio Histórico y Arquitectónico de Costa Rica.
La torre, que se levanta frente al parque Bernabela Ramos, fue lo que quedó de la antigua iglesia de Santa Cruz.
Esa edificación sufrió grandes daños estructurales durante un terremoto que ocurrió en 1950, por lo que las autoridades decidieron derrumbar la construcción y mantener en pie solo la torre.
No obstante, el tiempo, unido al abandono, deterioró ese símbolo santacruceño, de 80 años de edad y unos 20 metros de altura.
Nueva vida. "Lo que se hizo fue una reconstrucción conservadora, colocándole el color original. Buscamos mantener el aspecto de ruinas, tal como estaban hace más de 50 años", manifestó María Elena Paniagua, vicealcaldesa municipal de Santa Cruz.
"Los relojes se reconstruirán y se colocarán en los cuatro costados; además, se le incluirá una melodía con campanas para dar la hora e iluminación", agregó la funcionaria.
Los relojes fueron adquiridos en Bélgica. Se espera que para este sábado estén debidamente instalados, al igual que una pirámide que se ubicará en la cúpula, que servirá de protección para los relojes y los vidrios.
Además, como parte de los trabajos, se levantó una escalera del primer piso hasta el tercero y se protegió las ventanas con vidrio, con el fin de que no ingresen animales que dañen la edificación.
"Queremos mostrar con ella (la torre) que antes hubo otra iglesia, aparte de que la torre ha sido un punto de referencia para los que visitan la ciudad de Santa Cruz", explicó la vicealcaldesa Paniagua.