Irreverente, desenfadada y, sin duda, controversial.
Así es la nueva obra del pintor costarricense Rodolfo Stanley, quien momentáneamente dejó los bailongos y los parques poblados de gordas para meterle el pincel a la corrupción, los cuestionamientos a la Iglesia Católica y otras noticias impactantes.
Con una visión muy aguda y consciente de que muchos rechazarán su trabajo, el pintor de 54 años -27 de carrera en la plástica- pintó la serie Mi patria querida . Es una muestra de 14 obras que se expone en la Galería Dorothy's, en el Centro Comercial Plaza del Río, en San Rafael de Escazú.
Los cuadros son explícitos y están llenos de ironía e, incluso, sarcasmo. En uno se ve a tres expresidentes de la República golpeando una piñata; en otros a los exmandatarios enmascarados o a los políticos cayendo del cielo.
No hay títere que quede con cabeza. Stanley apunta su pincel contra religiosos deshonestos, el caso de las abuelas narcotraficantes y hasta se ríe de la vaca que fue "secuestrada" en un vehículo.
Reacción crítica. Stanley explicó que usualmente la literatura reacciona a los hechos que impactan al país, pero la pintura no; él quiso romper con eso.
"Se trata de dimensionar artísticamente lo que han sacado de la corrupción, lo que pasa con la Iglesia y otros sucesos. Como artista, no podía pasar por alto todo esto y lo hago con una figuración un poco caricaturesca", expresó.
El artista comentó: "Esto no podría ser oportunista porque me estoy haciendo un daño, ya que haré muchos enemigos".