Alrededor de 400 millones de personas en el mundo tienen problemas con el consumo de alcohol. De ellas, 209 millones viven con un problema de dependencia.
Cada año, a consecuencia del abuso del licor mueren 2,6 millones de individuos, lo que representa 4,7% de los decesos anuales.
Los hombres se llevan la mayor parte de la factura, pues 2 millones de los fallecimientos atribuibles al alcohol se dan en el género masculino. El grupo de edad más afectado es de entre 20 y 39 años.
Estas son algunas de las conclusiones del Reporte Mundial de Alcohol, Salud y Tratamiento del Abuso de Sustancias, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y difundido la mañana de este 25 de junio.
“El abuso de sustancias daña profundamente la salud individual, pues aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, condiciones de salud mental, lo que resulta en millones de muertes prevenibles cada año. Significa también una carga para las familias y las comunidades, pues aumenta la exposición a accidentes, heridas y violencia”, señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Episodios de embriaguez y enfermedades crónicas
Este reporte tenía previsto salir en 2020, pero la pandemia de covid-19 lo retrasó. Se tomó 2019 como base, porque las condiciones vividas en pandemia cambiaron la forma en la que se socializaba y se tenía acceso al licor, por lo que en algunos contextos aumentó y en otros disminuyó.
Los autores diferencian a quienes tienen episodios de consumo elevado de aquellos con problemas de ingesta crónica, ya que los impactos son diferentes.
El informe destaca que los episodios de consumo elevado de licor se dan al ingerir más de 60 gramos de alcohol puro por ocasión. Por ejemplo, 300 mililitros de cerveza tienen 12 gramos; esta misma cantidad de gramos se obtiene con 125 mililitros de vino o con 40 mililitros de destilados.
En 2019, el 10% de las mujeres mayores de 15 años y el 24% de los hombres de esa misma edad dijeron haber tenido al menos un episodio de consumo elevado en el último mes. Esto se vio en todos las naciones, exceptuando a los países musulmanes, que no consumen licor.
Si solo se toma en cuenta a quienes dicen tomar alcohol, los episodios de consumo excesivo se ven, entre mayores de 15 años, en el 27% de las mujeres, 45% de los hombres.
Si se consideran solo los mayores de 18 años que dicen tomar licor, el 38% afirma tener episodios de exceso.
Por su parte, el 3,6% de las personas (6,7% de los hombres y 0,6% de las mujeres) tiene problemas de ingesta crónica, que se da con un promedio de 60 gramos de alcohol por día.
El informe no da datos por país, pero sí por continente. En América, los hombres tienen un consumo promedio de 37,7 gramos de alcohol por ocasión, y las mujeres de 13,6.
De quienes toman, en América el 53,8% dijo tomar cerveza; el 13,8%, vino; y el 31,5%, destilados.
¿Cómo mata el alcohol?
De acuerdo con el informe, las bebidas alcohólicas son nocivas por el contenido de etanol, esta sustancia puede afectar la salud de tres maneras:
- Efectos tóxicos en órganos y tejidos.
- Intoxicación, lo que impide la coordinación de movimientos, cognición, percepción y el comportamiento.
- Dependencia, en la que la persona genera adicción y necesita cada vez condiciones mayores de alcohol.
“Cuando se ingiere, el etanol tiene impactos en múltiples sistemas biológicos. Como resultado, el consumo de alcohol está relacionado con cerca de 200 condiciones de salud, que incluyen enfermedades infecciosas, tumores malignos, desórdenes mentales y de comportamiento, desórdenes neurológicos, enfermedades cardiovasculares, problemas gastrointestinales y heridas”, cita el documento.
Hay dos formas en las que el licor puede causar la muerte. La primera, es luego de episodios de consumo excesivo, donde los accidentes de tránsito son más comunes, pero también las heridas por violencia, que pueden terminar en homicidios o suicidios. En 2019, 724.000 fallecimientos se dieron por este tipo de impacto.
La segunda forma es a largo plazo. Años de ingesta de licor (aunque no necesariamente presenten episodios de consumo excesivo) van dañando poco a poco diferentes órganos. De todas las muertes atribuibles al consumo de alcohol en 2019, 1,6 millones fueron de enfermedades no transmisibles: 474.000 a males cardiovasculares y 401.000 a cáncer.
Además, se registraron 284.000 decesos que pueden atribuirse a cómo el licor impulsó enfermedades transmisibles.
“El consumo de alcohol ha incrementado el riesgo de VIH y sida, pues aumenta las probabilidades de transmisión. Bajo los efectos del licor hay más riesgo de relaciones sexuales sin protección, y esto también aumenta el riesgo de muerte de tuberculosis e infecciones respiratorias”, señala el reporte.
Los autores señalan que no existe una “dosis segura de alcohol” y recomiendan a las personas abstenerse o reducir su ingesta cuanto les sea posible.