Treinta y ocho centros de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) realizan “pruebas rápidas” de detección del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Estos exámenes dan resultados en cuestión de 15 minutos y permiten agilizar los diagnósticos.
Estas pruebas complementan la detección del virus con la prueba PCR. El 9% de los diagnósticos de la enfermedad de diciembre se diagnosticaron con esta prueba, el 9% en enero y el 12% en febrero.
Para Angie Cervantes Rodríguez, microbióloga asesora de la Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud, la prueba PCR es “el estándar de oro” del proceso de diagnóstico en la pandemia.Sin embargo, dijo, el antígeno se usa para darle velocidad de diagnóstico a personas con síntomas de covid-19 en los primeros días de evolución.
Para entender ese proceso, conviene explorar dos conceptos clave a la hora de determinar los resultados de un examen diagnóstico.
Sensibilidad: probabilidad de una prueba para detectar una infección, si esta es alta un resultado negativo sería muy cercano a la realidad y se podría descartar la presencia del virus. En otras palabras, a mayor sensibilidad, menor riesgo de falsos negativos.
Especificidad: la posibilidad de una prueba de descartar una infección cuando no se tiene. Si la especificidad es alta, la posibilidad de que un positivo realmente lo sea es muy alta. En otras palabras, a mayor especificidad, menor riego de falsos positivos.
Las pruebas PCR son las que dan resultados más confiables, pues tanto su sensibilidad como su especificidad ronda el 95% y sus posibilidades de error son inferiores al 5%.
Búsqueda de proteínas
La toma de muestras de la prueba de antígeno se hace de la misma forma que la PCR: a través de un hisopado en la nariz.
No obstante, a diferencia de la prueba PCR, las de antígenos no buscan el material genético del virus. En su lugar, tienen como objetivo localizar proteínas del SARS-CoV-2.
Son más rápidas y pueden dar el resultado en poco tiempo, porque no requieren de un laboratorio de biología molecular.
Al buscar las proteínas del virus, estos son más eficientes entre el primer y el quinto día en que las personas registran síntomas.
Su confianza, sin embargo, no es tan alta como las PCR. Su especificidad (posibilidad para descartar una infección cuando no se tiene) sí es cercana al 95%. Pero su sensibilidad ronda el 80%, por lo que un 20% de los casos marcados como negativos podrían en realidad ser positivos.
Por esta razón, a nivel de la seguridad social, si la prueba sale negativa, se realiza una segunda vez.
Además, para mayor seguridad, deben aplicarse en personas con síntomas, entre el día uno y el día cinco de haber comenzado las molestias y se recomienda analizarse en las siguientes cuatro horas de tomada la muestra.
Si una persona asintomática se hace la prueba de antígeno, habrá pocas probabilidades de que el resultado sea válido, porque el poder de detección de esta prueba es menor cuando hay pocos virus en las secreciones respiratorias.
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A futuro
Conforme la pandemia evoluciona también es necesario aumentar la capacidad diagnóstica de los servicios de salud. Por esta razón, se busca ampliar el número de centros de salud que lo realizan.
La meta es que esto sea posible en 80 establecimientos en los próximos meses.
La opción de pruebas antígeno cobra mayor valor en comunidades sin un laboratorio más sofisticado como uno de biología molecular, que es necesario para la confirmación con pruebas PCR.
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