Más de un millón de personas murieron por año, entre 1990 y el 2021, a causa de una infección que no cedió pese a los antibióticos suministrados. El patógeno que la provocó generó resistencia, es decir, se volvió más fuerte que los medicamentos.
Si alguien tiene una infección por bacterias, hongos o parásitos, los antimicrobianos ayudan a inhibir el crecimiento de los microorganismos y ayudan al cuerpo a combatirlos y matarlos. Si los patógenos se vuelven resistentes la primera línea de fármacos no funcionará y deberán buscarse otras opciones, que pueden ser más fuertes y con más efectos adversos.
Sin embargo, la situación podría complicarse aún más. Un estudio del Proyecto Global de Resistencia Antimicrobiana (GRAM, por sus siglas en inglés) indicó que, en los próximos 25 años, habría 39 millones de muertos por la resistencia de diferentes patógenos. Se estiman otros 169 millones de fallecimientos en los que la resistencia antibiótica sería parte de la ecuación, aunque no como causa directa.
Para 2050, las muertes anuales se contarían en 1,9 millones, un 70% más de las reportadas en 2022. Estos resultados fueron publicados en la revista The Lancet.
Estas cifras son casi cuatro veces mayores a las proyecciones que hizo en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando habló de 10 millones de muertes para 2050.
“Entender cómo las tendencias de muertes por resistencia antimicrobiana han cambiado con el tiempo y cómo podrían evolucionar en el futuro es vital para tomar decisiones informadas que nos ayuden a salvar vidas”, dijo en un comunicado Mohsen Naghavi, líder del Equipo de Investigación Antimicrobiana del Instituto de Métricas de Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, uno de los autores del informe.
Aunque la ciencia avanza a toda marcha para conseguir nuevos tratamientos, la OMS reconoce que la velocidad no es suficiente para solventar el problema.
La preocupación es mayor en escenarios especiales. Por ejemplo, en los hospitales el riesgo en caso de adquirir un organismo resistente es mayor; el sistema inmunitario de quienes están internados lucha contra otras condiciones, esto debilita las defensas y les imposibilita luchar de igual forma contra una bacteria.
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Resistencia a antibióticos con distinto impacto según edad
De acuerdo con el nuevo informe, la resistencia cambia en los distintos grupos de edad.
Entre 1990 y 2021, las muertes relacionadas con la resistencia antimicrobiana se redujeron a la mitad en los niños menores de cinco años, pero subieron más de un 80% en quienes tienen 70 años o más. Se prevé que estas tendencias continúen en las próximas décadas, las muertes en los menores de cinco años se reducirán nuevamente a la mitad para 2050, pero en los mayores de 70 serán más del doble.
“La caída en muertes en los niños pequeños en las últimas tres décadas es un logro increíble. No obstante, estos resultados muestran que, aunque son menos, cuando ocurren son más difíciles de tratar. Además, la amenaza de tratar a los adultos mayores es cada vez mayor. Debemos hacer todo por proteger a la población”, destacó Kevin Ikuta, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), también autor del reporte.
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¿Qué se puede hacer contra las bacterias resistentes?
Sí hay acciones que las personas pueden tomar para reducir la resistencia no solo de las bacterias, sino también de los hongos, parásitos y virus. Esta imagen las resume: