El 83% de las personas que cuidan a una persona adulta mayor o enferma no tenían experiencia previa y no fueron capacitados, lo que los hace sentir en condición de vulnerabilidad.
El panorama los expone, además a que su salud emocional y física resulte afectada.
Estas son las conclusiones de un estudio realizado recientemente por la marca Tena en Costa Rica y México.
En cada país, los investigadores llevaron a cabo unas 30 entrevistas a profundidad y se visitaron las casas para observar la dinámica de cuido. Además, hicieron 300 encuestas.
“El ser cuidador no es una decisión que se toma. En la gran mayoría de los casos, es una responsabilidad que recae sobre una persona. Esta la asume, pero sin estar capacitada del todo, y sin tener los recursos económicos para pagar un enfermero”, explicó Vania Rodríguez, una de las personas que analizó los resultados del estudio.
“En ellos hay muchos sentimientos encontrados: por un lado, se sienten felices de cuidar a alguien a quien aman, pero por otro, pierden independencia y eso les hace daño”, añadió Rodríguez.
Trabajo pesado. El reporte también arrojó cifras como que el 78% de los cuidadores son mujeres y el 62% se encargan de cuidar a sus padres.
Lo preocupante es que menos de la mitad reciben apoyo de otros familiares, y la mayoría de esos aportes son de tipo económico, para comprar medicinas, pañales o comida. “En promedio, los cuidadores trabajan, en una semana 6,23 días, o sea, les queda libre menos de un día. Y, si lo vemos en términos de una jornada, pasan en labores de cuido, en promedio, 11 horas diarias.
”Se trata de un trabajo que no es remunerado ni reconocido; la gente llama y pregunta por el enfermo o adulto mayor, pero nunca por el cuidador”, manifestó Rodríguez.
Capacitación. Ser cuidador no solo implica estar pendiente del adulto mayor o paciente enfermo.
Estas personas también realizan todas las labores domésticas: cocinan (a veces para toda la familia), lavan, limpian, acomodan la casa y acompañan a citas médicas.
Todo esto les da menos espacios para ellas mismas y les genera más frustraciones. Por eso, es vital que cuenten con tiempo para ellos mismos y también con capacitaciones.
“Si la persona no goza de tiempo para sí, podrá llegar el momento en que toda su existencia gire en torno al paciente que cuida, y si el enfermo llega a morir o ya no necesita de los cuidados, el cuidador sentirá un vacío aún mayor, pues ya había perdido gran parte de su vida cotidiana”, razonó Rodríguez.
Esta semana que viene se impartirán varios talleres gratuitos para capacitar a cuidadores y demás familiares.
El lunes 23 de mayo, a las 7 a. m. en el Liceo Napoleón Quesada se ofrecerá una charla sobre bullying contra el adulto mayor. Ese mismo taller se repetirá el jueves 26 de mayo. Asimismo, el 24 y el 31 de mayo se dará un curso de tres horas sobre la Ley 7.600 en el plantel de buses de Guadalupe, Goicoechea.