El agua que surge de las nacientes de suelos ácidos y húmedos, principalmente en las montañas, hace que la bacteria Helicobacter pylori , relacionada con el cáncer gástrico, tenga mejores condiciones para sobrevivir.
Esta es una nueva conclusión de un estudio que durante 10 años ha desarrollado el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
En el 2010, los investigadores de dicho análisis descubrieron que esta bacteria estaba presente en las zonas de mayor incidencia de tumores de estómago, como León Cortés, Alvarado, Paraíso y Tarrazú.
El microorganismo se “instala” en el estómago del 75% de los costarricenses, pero solo en el 2% llega a producir cáncer gástrico. En el 2013 (año más reciente del que hay datos), este mal se le diagnosticó a 739 nacionales. En el 2014, llegó a ma tar a 624 ticos.
Según la química Virginia Montero, quien lidera la investigación, las posibilidades de supervivencia de esta bacteria en el agua dependen de la humedad y la acidez del suelo. Por lo tanto, cuanto más se den estas condiciones, mayor es la presencia de minerales y nutrientes que le permitirán vivir al microorganismo.
“ Helicobacter pylori se aloja en el estómago, en un ambiente ácido. Por eso, es comprensible que las zonas donde más se detecte sean sitios montañosos con una acidez alta, como en regiones de Cartago y la zona de Los Santos.
“En contraste, los cantones con menos acidez en el suelo (es decir, son más alcalinos) como Carrillo, Liberia o Santa Cruz de Guanacaste, tienen bajos niveles de esta bacteria en agua y, al mismo tiempo, bajos niveles de la enfermedad”, explicó Montero.
¿Qué hacer? Los nutrientes de estos suelos ácidos se pasan directamente al agua, y, si esta no es tratada con cloro en los acueductos, la bacteria puede llegar a las casas con mayor facilidad.
“Hay quienes creen que porque es agua de nacientes montañosas es limpia, pero el que tenga pocos coliformes fecales no quiere decir que esté libre de la bacteria”, explicó la experta.
Según ella, las nuevas conclusiones del estudio confirman lo visto hace seis años: que las zonas con más cáncer gástrico tienen mayor presencia de la bacteria en agua. Sin embargo, Montero aclaró que el agua por sí sola no causa cáncer, aunque debe ser un factor por considerar.
En ese sentido, los científicos del Instituto Tecnológico hicieron recomendaciones. Por ejemplo, sostienen que los acueductos deben velar porque los niveles de cloración sean los óptimos, mientras que a las personas se les pide hervir el agua si sospechan o saben que el líquido carece de tratamiento.
Además, para luchar contra este “enemigo” se sugiere incrementar el consumo de frutas (los antioxidantes contrarrestan la acción de bacterias), evitar el fumado y hacer más ejercicio.
También, se aconseja realizar una gastroscopia cada tres años, después de los 35 años de edad o cuando el médico así lo solicite, para, en caso de detectar la bacteria, suministrar tratamiento de manera temprana.