“Cuando hicieron el tanque de agua funcionó muy poco tiempo. Pusieron una canoa del centro de los pabellones hacia el tanque de agua, pero hicieron mal el trabajo y el agua se regó, entonces ya no se usó como tanque de agua, se usó como calabozo. Ahí varios reclusos murieron castigados hechos una desgracia”.
Estas son algunas de las remembranzas que llegaron a la mente de José León Sánchez, luego de que este jueves se diera a conocer el hallazgo de un pasadizo en el antiguo presidio de la isla de San Lucas, en Puntarenas, en la cual él estuvo recluido 30 años y que fue inspiración para escribir su libro La Isla de los Hombres Solos.
Aquel pasadizo estaba oculto en la planta baja de la celda 2 y llevaba hasta una celda de tortura, según la información que dio a conocer el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), entidad responsable de las obras de restauración que se realizan en la antigua cárcel. El pasadizo se encontró cuando se trajeron abajo una pared de concreto; además se hallaron unas escaleras que conducían al área principal de celdas.
Sánchez, de 92 años, confirmó que en la prisión había calzadas que servían para comunicar los 11 salones que albergaban las celdas y la comandancia. Se construyó un tanque para alimentar de agua todas las áreas, pero después fue convertido en calabozo.
“Ese pasadizo era parte de una comunicación entre las celdas y el centro del patio”, precisó.
En el calabozo los reos pasaban de cinco a diez días o a veces un poco más. Sin embargo, la idea original nunca fue ser sitio de castigo, pues el propósito era que todos los pabellones tuvieran buen abastecimiento de agua, lo que nunca se consiguió.
Ese foso, según detalló el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC), es un espacio de 2,5 metros de profundidad completamente cerrado en su interior bajo tierra, cuyo único acceso es el hueco del disco ubicado en el patio, frente a las celdas.
Este tipo de castigos, señaló, quedaron prohibidos en el gobierno de José Figueres Ferrer, con la Ley de la Defensa Social, de 1953.
‘Todo está contado’
Inicialmente, cuando funcionarios de Incop le contaron a Sánchez del pasadizo, dijo que no sabía de ese lugar, pero luego aclaró a La Nación que en realidad las calzadas y las escaleras ya eran conocidas. Aún más, declaró, que ya toda la historia de San Lucas ha sido contada.
“Todo, todo, absolutamente, todo lo de San Lucas está estudiado. Lo estudió la Universidad de Kansas, y otras universidades: los pasadizos, los calabozos, las grietas, los recovecos. Hubo reos (durante) 80 años. En los 30 años que estuve ahí conocí la isla para todo lado. Lo que se dice de las calzadas ya estaba, suman ocho kilómetros en toda la isla. Quienes dicen que eso (el pasadizo) es nuevo, no saben nada. Todo San Lucas se ha estudiado”, subrayó.
Esta isla puntarenense de 462 hectáreas en el golfo de Nicoya, albergó una prisión de 1873 a 1991. Durante décadas, fue un destierro al que enviaban a prisioneros temidos o peligrosos, pero en los últimos años ha sido un laboratorio de investigación para historiadores, arqueólogos y antropólogos sociales.
LEA MÁS: Descubierto pasadizo secreto hacia celda de tortura en antigua cárcel de San Lucas
LEA MÁS: Hoy hace 50 años: Dos reos escaparon de la Isla San Lucas en un neumático
Valor cultural
LEA MÁS: Transformación de isla San Lucas ayuda a reanimar el turismo en Puntarenas
Los pasadizos que conducían a ese antiguo calabozo pudieron ser de conocimiento para muchos investigadores, pero José León Sánchez considera que el anuncio que se hizo la tarde de este jueves ayuda a que la historia y la cultura en torno a la isla se mantenga en la mente de los costarricenses.
“San Lucas es un tesoro para la patria. Todo lo de San Lucas a mí me llena el corazón. Es parte de la historia del país”, resumió.
Para él, lo ideal es que el pueblo de Puntarenas pueda convertir San Lucas en un centro turístico, como un parque temático y ser un centro de desarrollo y trabajo. Sin embargo, considera que la ley actual lo impide. “Con San Lucas se hace un crimen al no permitir un desarrollo turístico de la mejor forma”.
¿Cuál sería el manejo turístico ideal? “Para empezar, cambiar lo que está ahora. Usted en este momento solo puede visitar un 5% de la isla. No puede pasar del puro centro, de esos pabellones terroríficos que construyeron. Eso no es nada para tener una idea de su valor. Si yo la llevara a usted no le podría enseñar casi nada, porque está prohibido por el Minae (Ministerio de Ambiente y Energía)”, lamentó.
El autor considera de que sería bueno poder visitar la parte de naturaleza, que pudieran recorrer también la parte histórica de la isla antes de la llegada del presidio, cuando la habitaban indígenas. Le gustaría que hubiera hoteles y negocios. Eso ayudaría a que el cantón de Puntarenas tuviera más desarrollo.
LEA MÁS: Isla San Lucas: las paredes hablan y las fotos revelan todos los secretos