Los casos de covid-19 en Costa Rica han venido en descenso en las últimas cinco semanas y la tasa de contagio (velocidad de transmisión) se mantiene en niveles bajos.
Sin embargo, hay un dato que preocupa a los especialistas: la cantidad de pruebas diagnósticas que están resultando positivas.
El porcentaje de positividad es un indicador que habla del comportamiento de una enfermedad en determinada región. No es el único importante, pero sí uno del que se debe estar pendiente.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que el porcentaje de positivos no pase de un 5%, y, como máximo debería estar en un 10%, para “pasar con la nota mínima”.
Este 10% no se ve en Costa Rica desde mediados de junio de 2020.
Un análisis de la Universidad Hispanoamericana (UH) promedió el porcentaje de positividad registrado en diferentes semanas, entre el 1.° de enero y el 22 de junio.
El resultado más bajo ha sido un 37,6%, cifra que se obtuvo en esta última semana. En diferentes semanas de marzo y abril el indicador alcanzó un 38,2%.
“Llama la atención el índice de positividad reportado durante todo este año y en especial el de las últimas semanas, puesto que han descendido notoriamente los casos y ha ocurrido un incremento en el número de pruebas”, destaca el análisis.
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Más pruebas, pero no son suficientes
Costa Rica ha venido haciendo más pruebas de covid-19 en las últimas semanas, especialmente desde que, el pasado 26 de mayo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), incluyó a quienes tuvieran síntomas más leves (como de catarro o resfrío) o que no se consideraban usuales (como diarrea o vómito).
“Ante el anuncio de la CCSS, se dio un incremento del 4,66 % en lo que va de junio al comparar con los exámenes practicados durante el mes de mayo”, cita el reporte.
“En lo que va del año, mayo registra la mayor cifra con 248.739 pruebas. El país deberá completar en lo que resta del presente mes (junio) más de 60.107 pruebas para superar dicha cifra”, añade el documento.
La única forma de bajar este porcentaje es realizando más pruebas. En este momento, solo se realizan a quienes tienen síntomas, o que requieren un comprobante negativo para viajar al exterior.
Una de las posibles soluciones es realizar “búsquedas activas”, es decir, campañas de tamizaje en las cuales se vaya a las comunidades y se les aplique el examen a las personas de la comunidad.
De esta forma, se podrían detectar casos que se escapan de los usuales.
Sin embargo, el epidemiólogo de la CCSS Roy Wong indicó, a finales de mayo, que esto se hará en circunstancias muy específicas. Se trabajó en un protocolo, pero se considera una estrategia complementaria.
“Se hará en situaciones en donde medien características particulares como, por ejemplo, lugares de larga estancia o sitios donde pueda darse una mayor transmisión por condiciones de hacinamiento, como centros de reclusión”, agregó.
¿Por qué es importante una positividad baja?
Uno de los consejos que dan las organizaciones mundiales en salud es que, para retomar actividades con mayor normalidad, la positividad se mantenga por debajo del 5% por dos semanas.
Si ese número se sobrepasa, podría inferirse que no se están haciendo suficientes pruebas. ¿Por qué? Según el infectólogo estadounidense Jasson Andrews, esto indica que se podrían estar dejando ir algunos casos.
“Esto implica que se está testeando solo a personas o a poblaciones con probabilidad muy alta de tener la infección.
“Las personas con síntomas leves o sin síntomas de poblaciones donde no se hacen testeos podrían no estarse tomando en cuenta.
“Hay que aumentar la capacidad para encontrarlas, estas personas podrían contagiar a varias más”, declaró Andrews a la revista estadounidense The Atlantic.
En otras palabras, puede haber un alto nivel de portadores del virus sin síntomas o con unos tan leves (o que no se asocien popularmente con covid-19, como la diarrea o vómito) que pueden andar por la calle y, sin querer, infectar a más personas.
Esto es especialmente crucial en momentos en los que la vacunación no ha logrado alcanzar a un mayor número de personas.
Datos de la CCSS indican que, al lunes 21 de junio, el 29,75% de la población ya había recibido al menos una dosis, y el 15,4% ya tenía ambas.
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