En los últimos años, uno de los principales focos de la investigación médica ha sido hallar formas menos invasivas para tratar el cáncer.
En esa línea, la inmunoterapia, que procura fortalecer las células del sistema inmunitario para que ataquen a las cancerosas sin hacerle daño a las sanas, ha cobrado cada vez más fuerza.
Esta estrategia es muy distinta a la quimioterapia y a la radioterapia, tratamientos comúnmente utilizados en tumores que alrededor tienen células sanas, las cules son perjudicadas por los fármacos.
“La inmunoterapia es algo que cambia por completo nuestra forma de entender el cáncer y cómo tratarlo. De esta forma, los pacientes podrían responder mejor al tratamiento y que este sea más eficaz. Los efectos secundarios dependerán de cada terapia y del paciente en sí; pero la meta es que sean cada vez más manejables”, expresó a La Nación Om Arora, presidente para Latinoamérica del Instituto para la Salud de Pfizer.
Precisamente, esta farmacéutica confirmó que trabaja en la investigación de inmunoterapia para el posible tratamiento de tumores malignos en cabeza y cuello, riñones, ovarios, estómago, cáncer de pulmón de células no pequeñas y cáncer metastásico de células de Merkel.
Otros esfuerzos
Pfizer no es el único laboratorio que investiga en esta línea.
La farmacéutica Roche, por ejemplo, ya tiene un producto para la leucemia linfocítica aguda (un tipo de cáncer en la sangre), e investiga contra cáncer de colon, de riñón y otros tipos de tumores en la sangre.
“Los linfocitos T (un tipo de célula del sistema inmunitario) son un gran ‘caballo de batalla’. Si usted los ‘recluta’, ve que pueden reconocer una célula cancerosa y atacarla”, dijo en una entrevista anterior Pablo Umaña, investigador de Roche.
“El tratamiento induce la relocalización de las células T en la periferia del tumor para que ataquen solo las células cancerosas. El sistema inmune reconoce estas células como ‘foráneas’. Esto da múltiples oportunidades para mejorar el tratamiento contra el cáncer”, añadió el experto.
El futuro
¿Hacia dónde vamos? Arora afirma que, tanto para cáncer como para otros padecimientos, las opciones basadas en genética ofrecerán grandes avances.
“La genética es un mundo que está a la espera de ser descubierto. Tal vez, en unos 20 o 30 años, esto nos dé las respuestas para ciertos tipos de cáncer mortales y que puedan volverse solamente una enfermedad con la que se convive”.
Las terapias genéticas ya se estudian en diferentes laboratorios para tumores en el hígado, páncreas y ovario, por poner algunos ejemplos, pero estas investigaciones apenas están en fases iniciales.