Durante las últimas semanas, Costa Rica ha experimentado una reducción tanto en el número de casos reportados como en su tasa de contagio, es decir, la velocidad con la que sucede esta transmisión.
Solo en la última semana, la reducción fue del 20,6%. Pero esta reducción se mantiene desde inicios de enero, cuando se pasó de un promedio cercano a los 1.000 o 1.100 casos al día, a menos de 400.
Lo mismo sucede con la cantidad de personas hospitalizadas y fallecidas. Este martes se reportaron 343 internados, lo que contrasta con los 664 vistos en algunos días de diciembre.
Sin embargo, nuestro país no enfrenta una situación excepcional, también se ve en el continente y en el mundo. Salvo ciertas excepciones, la gran mayoría de países muestran un descenso.
En los últimos siete días, América registró una baja del 16% en sus casos, mismo descenso se observó a nivel mundial. La cantidad de fallecimientos bajó un 2% en América y un 10% en el mundo.
Y, si tomamos en cuenta más semanas, la reducción es aún mayor.
“El número de casos reportados a la semana se ha reducido casi a la mitad, de más de 5 millones de casos en la semana del 4 de enero a 2,6 millones de casos en la del 8 de febrero. Solo en cinco semanas”, subrayó el lunes en conferencia de prensa, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En América, casi todos los países registran una baja calificada como “muy importante” por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Los números de casos diarios que estamos viendo en la región hoy son los que se veían hace 12 o 13 semanas. Es un descenso constante durante las últimas semanas. Sin embargo, este descenso lleva solo una semana en el número de fallecidos”, puntualizó Sylvian Aldighieri, gerente de Incidente para covid-19 de la OPS la mañana de este miércoles.
“Sin embargo, mucho de esto tiene que ver con la reducción vista en Estados Unidos, país con los mayores números hasta el momento”, añadió.
En el mundo, este descenso viene, en términos generales, desde octubre pasado, con ciertas excepciones en Reino Unido y otros países, motivadas, hasta cierto punto, por la aparición de variantes del virus potencialmente más transmisibles.
¿A qué se debe esta reducción? Especialistas en Epidemiología y Virología no tienen una respuesta clara e indican que hay más de un factor.
No obstante, todos recalcan la importancia de no cantar victoria, porque el virus se transmite fácilmente y un descuido puede revertir la situación.
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Los ‘ingredientes de la ensalada’
Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS, indica que no solo hay una razón que motive a la baja de los contagios, más bien es un fenómeno similar a “ingredientes que se combinan, como en una ensalada”.
“¿A qué se debe? ¿Es la ‘estacionalidad’ del virus? ¿Es que sus patrones siempre son en forma de ola y ahora casi los países coinciden en un momento bajo? ¿Es la inmunidad rebaño natural de los ya contagiados que hace que el ritmo baje? ¿Las medidas de control están teniendo un impacto?”, reflexionó Ryan, el lunes.
“Creo que todas estas opciones son hasta cierto punto ciertas, pero en conjunto”, consideró.
Sin embargo, las vacunas aún no entran en esta ecuación, porque su aplicación comenzó hace relativamente poco y todavía (salvo ciertas excepciones, como Israel) son muy pocas las personas vacunadas como para que estas tengan un impacto en la estadística.
Por otra parte, la vacuna no necesariamente impacta sobre la transmisión.
“La vacuna tiene como objetivo evitar complicaciones, hospitalizaciones y muertes, no controlar la transmisión”, aclaró Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS.
Para Ryan, las decisiones que se tomen con las vacunas serán trascendentales.
“Si logramos distribuir las vacunas de forma equitativa y las personas más vulnerables y en mayor riesgo están protegidas, la enfermedad y nuestras medidas van a a cambiar”, expresó el especialista.
“La consecuencias de la transmisión serán diferentes, seguiremos viendo casos, pero menos hospitalizaciones y muertes”, agregó.
Sin embargo, para Ryan, es necesario estudiar todos los posibles factores en el comportamiento de la enfermedad.
“Cuando las cosas van mal en una epidemia, no todo es nuestra culpa, y cuando van bien, tampoco todo está relacionado con lo que hacemos bien; el virus y cómo cambia también juegan su rol”, manifestó.
Adhanom Ghebreyesus concluye: “el fuego no se ha acabado, nada más perdió intensidad, debemos trabajar para que siga así y no tome fuerza otra vez”.
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Cautela
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Esta baja en casos tan generalizada es una buena noticia y da esperanzas, pero existe el riesgo de confiarse y que la enfermedad recobre fuerza.
“Debemos ser muy, muy cuidadosos. No podemos hacer lo mismo que hicimos hace unos meses, que una baja en casos en algunos países permitió que la enfermedad se restableciera y su contagio se acelerara otra vez”, enfatizó Ryan.
Recordó que el virus todavía tiene que el control sobre nosotros, por lo que es necesario trabajar para asumirlo.
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS, insistió, en que se puede ser complaciente, por lo que la tendencia a la baja no puede desviar el rumbo sobre lo que se debe hacer.
“Hay muchos desafíos: las nuevas variantes y los cambios, la evolución natural del virus nos pone en incertidumbre de lo que el virus hará próximamente. Y además, está la fatiga, el mundo está cansado, todos estamos cansados y queremos que esto acabe. Y esto también puede volverse en nuestra contra”, advirtió.
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Las excepciones
No todos los países presentan esta tendencia, por ejemplo, la región del Este Mediterráneo (Afganistán, Paquistán, Egipto, Jordania, Kuwait y países cercanos). En esta zona, los casos subieron un 7% en los últimos siete días.
En el Caribe, islas Aruba, Barbados, Santa Lucía y San Vicente, y las Granadinas todavía reportan un aumento en casos.
En la región centroamericana destaca el caso de Honduras.
“Honduras, al 13 de febrero, ha reportado más de 159.000 casos confirmados y más de 3.800 fallecidos. Estamos observando aumento de positividad (porcentaje de personas cuya prueba resulta positiva) y de casos en algunos departamentos”, comentó Aldighieri.
“Es importante que estamos observando un mosaico de transmisiones en América Central. En Honduras varios factores explican dos factores: primero, que todavía existen importante cantidad de familias desplazadas en el norte del país como consecuencia de las tormentas Iota y Eta en 2020. Fueron desastres de magnitud enorme e impactaron en la red de atención primaria en salud”, explicó.
Otra razón que dio el especialista es que el país está en una etapa preelectoral y esto lleva a las personas a relajar medidas.
“Durante esta semana viajó una misión de la OPS a dar apoyo con los laboratorios”, señaló Aldighieri.
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