Un barco con 1.000 japoneses ancló ayer en el muelle de cruceros de Puntarenas como parte de un largo viaje transoceánico a favor de la paz.
El grupo llegó al país en una visita de un día a bordo del Peace Boat (barco de la paz).
La embarcación sale tres veces al año del puerto japonés de Yokohama para visitar el mundo.
En su recorrido de casi cuatro meses exhorta a los pueblos y gobiernos a buscar una salida pacífica a los conflictos.
Esta es su gira número 58 e incluyó por tercera vez a Costa Rica dentro su periplo transoceánico.
La nave llegó ayer a las 7 a. m. desde Panamá, y partió a las 10 p. m. rumbo a puerto Quetzal, en Guatemala.
El viaje es un proyecto de la organización no gubernamental Peace Boat, que lleva más de dos décadas promoviendo la paz y el desarrollo con equidad, justicia y cuidado del ambiente.
Costa Rica forma parte de su recorrido por su historia de disolución del ejército.
En tierra firme. Una vez en Puntarenas los pasajeros tomaron diferentes viajes programados por el territorio nacional.
La mayoría optó por destinos naturales, como volcanes y playas del Pacífico central, pero 40 japoneses viajaron a San José para conocer más sobre la parte política y cultura del país.
Armados de cámaras, ropa cómoda y mochilas, el grupo llegó a las 11 a. m. a su primera parada en la capital: el Teatro Nacional.
Luego, caminaron por la Plaza de la Democracia, el Parque Nacional y la Asamblea Legislativa.
La lluvia de ayer por la tarde los obligó a compartir sus capas y sombrillas para protegerse.
En su visita incluyeron la sede del Centro de Amigos para la Paz y la Sala Constitucional, en el edificio principal del Poder Judicial.
De regreso. El Peace Boat salió el 9 de junio de Japón y acabará su viaje el 20 de setiembre.
El barco visitó puertos de Vietnam, Singapur, India, Yemen, Jordania, Egipto, Grecia, Italia, España, Holanda, Dinamarca, Noruega, Irlanda, Estados Unidos, Jamaica, Colombia y Panamá.
Después de su estancia en Costa Rica y en puerto Quetzal (Guatemala), la embarcación irá a Vancouver (Canadá), Alaska (Estados Unidos) y finalmente se dirigirá a Yokohama y Kobe (Japón).
Sus pasajeros pagan por el recorrido; además de la parte turística, pueden asistir a clases sobre derechos humanos, historia, cultura y tradiciones de las regiones por donde transitan con la nave.
En un día típico se realizan más de 50 actividades en la nave, como debates y seminarios que se concentran en la promoción de la paz y los derechos humanos.
En el buque también hay invitados y jóvenes con becas totales o parciales para las travesías por todos los países del periplo.
El barco ofrece todos los servicios de comida y de entretenimiento, como piscina y espectáculos para los pasajeros.