Los efectos del cambio climático ya impactan la salud de los seres humanos, pero esa afectación aumentaría. Cuatro estudios publicados este 5 de junio en The Journal of Global Health con motivo del Día Mundial del Ambiente señalan las diferentes repercusiones según la etapa de la vida de las personas; los daños serían mayores en las embarazadas, niños y adultos mayores.
“El cambio climático impacta directamente la salud, como resultado de la susceptibilidad de poblaciones a calores fuertes sostenidos o a episodios de calor extremo. Esto afecta más a embarazadas, recién nacidos, niños, adultos con sistema inmunitario vulnerable y adultos mayores”, cita uno de los documentos.
La reducción de los cultivos es otra de las consecuencias, la cual provocaría menor disponibilidad de nutrientes lo que a su vez bajaría el balance metabólico de las personas. Otro efecto posible es el incremento de los rangos de acción de mosquitos que transmiten malaria, fiebre del Nilo Occidental, zika, dengue, así como mayores sequías, inundaciones y tornados.
Las investigaciones fueron realizadas por especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del King’s College de Londres, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, el Banco Mundial, y las universidades George Washington (EE. UU.), Técnica de Munich (Alemania), Newcastle (Inglaterra) y de Toronto (Canadá).
El estudio que exploró los impactos en los diferentes grupos poblacionales recalca que todas las etapas de la vida comparten los mismos escenarios, pero las características propias de cada una hacen que el impacto sea distinto. Dentro de esos escenarios están temperaturas extremas, incendios forestales, sequías, inundaciones, tormentas y aumento del nivel del mar, infecciones de enfermedades sensibles al clima y pobre calidad del aire. Esto lleva a dificultad para conseguir agua apta para consumo humano, migraciones y daños a los sistemas de salud.
Sin embargo, los daños en una etapa de la vida pueden incidir en las edades subsecuentes.
A esto se le añaden impactos a la salud psicológica, que incluyen mayor riesgo de ansiedad, depresión, desorden de estrés postraumático y de abuso de sustancias. Además, la contaminación del aire puede llevar a declinar la capacidad cognitiva.
El llamado cobra importancia luego de que 2023 fue el año más caliente en los últimos 170 años.
Cambio climático en embarazadas y sus bebés
Ya se ven daños en algunas madres y sus bebés, pero el cambio climático aumentaría los riesgos.
Estas son las afectaciones para la madre:
- Desórdenes hipertensivos
- Diabetes gestacional
- Trastornos en la salud mental
- Malnutrición
- Menor acceso a los servicios de salud
Un análisis de estudios concluyó que las probabilidades de un parto prematuro aumentan un 5% por cada grado Celsius de aumento de temperatura, y se incrementan un 16% en olas de calor (cuando se compararon con épocas en las que no había olas de calor).
Estas son las posibles afectaciones para el recién nacido:
- Abortos espontáneos
- Óbitos (el bebé nace muerto)
- Bajo peso al nacer
- Anomalías congénitas
- Enfermedades respiratorias
- Impacto en prácticas de alimentación, como la lactancia materna
“Incluso en niños nacidos a término, el cambio climático puede tener consecuencias serias en órganos que no están completamente desarrollados al nacer y completan su evolución en los primeros años de vida. La exposición al calor y la contaminación del aire puede interferir con estos procesos. Por ejemplo, el cerebro se desarrolla más rápido al inicio de la vida, una pobre calidad de agua y calores extremos pueden afectar el neurodesarrollo con consecuencias a largo plazo en el aprendizaje y la productividad”, enfatiza el documento.
Impacto del cambio climático en la niñez
Estos son los impactos que pueden darse después de los dos primeros años de vida. Los riesgos se incrementan en las siguientes áreas:
- Mayor mortalidad infantil (en menores de cinco años)
- Enfermedades respiratorias
- Manifestaciones gastrointestinales
- Desnutrición
- Hospitalizaciones
- Impactos en la salud mental
- Afectación en la educación y en el aprendizaje
- Menor acceso a servicios de salud
- Disrupciones familiares
Afectación del cambio climático en la adolescencia
Estos son los daños que podrían ocurrir entre los 12 y los 19 años. Su intensidad tiende a ser menor que en otras edades, pero los relacionados con salud mental deben tener atención especial:
- Mayor probabilidad de trastornos mentales
- Menor conexión con su familia, amigos y comunidad
- Afectación en la educación y en el aprendizaje
- Enfermedades respiratorias
- Malnutrición
- Impactos en resiliencia y resolución de conflictos
- Reducción en el acceso a servicios de salud, incluidos los relacionados con salud sexual y reproductiva
¿Cómo impacta el cambio climático en la salud de los adultos?
Los adultos, junto con los adolescentes, son los menos afectados. Sin embargo, quienes tienen problemas inmunitarios o trabajos que los exponen largas horas al sol podrían verse más afectados.
- Mayores riesgos de salud ocupacional
- Más probabilidades de enfermedades renales y del corazón (en comparación con épocas previas a cambio climático)
- Más males respiratorios
- Distorsiones en la salud mental
- Malnutrición
- Menor acceso a los servicios de salud
Cambio climático y daños a la salud de adultos mayores
Un sistema inmunitario deprimido, una piel más sensible y enfermedades crónicas más comunes en esta edad incrementan el riesgo en esta población.
- Incremento en la mortalidad
- Más trastornos mentales
- Desnutrición
- Desórdenes metabólicos
- Deterioro cognitivo
- Enfermedades respiratorias
- Males cardíacos y renales
- Menor acceso a los servicios de salud
Bajar el impacto
El estudio señala que sí hay formas de mitigar los efectos del cambio climático en la salud.
“Hay una necesidad urgente de mitigar el cambio climático, debemos reducir la emisión de gases efecto invernadero y construir resiliencia climática, tomar medidas para proteger la salud en todas las etapas de la vida, y asegurarnos de dar continuidad a los servicios de salud durante desastres climáticos”, afirma en un comunicado de prensa Anayda Portela, científica de la OMS y autora de uno de los estudios.
Dentro de las medidas que pueden tomarse en la ciudadanía están:
- Usar “transporte activo”: caminar, bicicleta, patines
- Consumir los alimentos lo más frescos y de lugares cercanos posibles, esto también ayuda a la economía local
- Permanecer más tiempo en contacto con la naturaleza
- Monitorear la calidad de agua y del aire