Washington, Estados Unidos
Nunca es tarde para ponerse en movimiento: una actividad física tan sencilla como caminar ayudó a los adultos mayores con alto riesgo a permanecer móviles después de sufrir enfermedades discapacitantes, incluso pasados los 70 años y habiendo sido personas sedentarias.
Así lo señalaron investigadores estadounidenses en un estudio publicado en Annals of Internal Medicine, quienes incluso aseguran que el ejercicio puede ser tan importante como la medicación.
"Una vez que se pierde la movilidad en la vida, se pierde la independencia", dijo Patricia Katz de la Universidad de California en San Francisco, quien no participó del estudio.
Lo más notable, dijo Katz, es que los caminantes, "si empiezan a tener problemas, tienen mayores posibilidades de recuperarse y volver a funcionar".
Los adultos mayores suelen oscilar entre estados de independencia y discapacidad temporal: una fractura de hueso, una operación o una hospitalización que requiere tiempo y rehabilitación para volver a ponerse de pie.
El estudio investigó si la actividad física regular ayudaba incluso a las personas de edad más avanzada a permanecer en movimiento a pesar de otros problemas de salud.
Se investigó a unos 1.600 adultos de entre 70 y 89 años considerados de alto riesgo por sedentarismo y problemas crónicos como insuficiencia cardíaca o diabetes. Casi la mitad eran mayores de 80 años y para poder enrolarse debían ser capaces de caminar 400 metros en 15 minutos: es mucho tiempo y a algunos les tomó hasta el último minuto.
"Apuntamos a la gente que podía ser la más beneficiada", dijo Thomas Gill, gerontólogo de la Universidad de Yale y jefe de la investigación.
El estudio comparó a las personas que seguían un programa regular de caminatas junto con ejercicios para la fuerza y el equilibrio con un grupo de control al que se impartió educación sanitaria.
A lo largo de tres años y medio, la actividad de caminar redujo en 25% el tiempo de padecimiento de un problema de movilidad.
Los caminantes tenían menores probabilidades de sufrir pérdida de movilidad, mayores probabilidades de recuperarla si la perdían y menores probabilidades de volver a perderla, dijo Gill.