Con el diagnóstico de un cáncer de próstata, la evolución de la enfermedad y el posterior tratamiento, la vida sexual de algunos hombres se pone en jaque. Sin embargo, especialistas en oncología y sexología indican que esto no tiene por qué ser así.
“Es un cáncer que lo sobrevive el 98% de los hombres, pero ¿qué pasa después? Toca cuidar la calidad de vida de esos hombres. Como personas integrales, la sexualidad es parte de su salud y bienestar”, expresó la psicóloga y sexóloga Paola Ramos.
Esto, de acuerdo con la especialista, no pasa solo por el hombre, si no también por su pareja.
“No todas las personas que pasan por este cáncer son personas mayores, la mayoría de los casos se ve en mayores de 60, pero no todos. Y el tener más de 60 no significa no tener vida sexual. Hay parejas estables acostumbradas a una vida sexual activa que cambia desde el momento del diagnóstico, y por eso el tema debe enfrentarse en pareja. Lo que es de salud sexual es asunto de dos”, expresó Ramos.
El apoyo de la pareja es vital para las emociones del paciente de cáncer. El mantener una comunicación es clave.
¿Cómo impacta el cáncer la vida sexual?
No solo las emociones impactan la actividad sexual. Hay cambios físicos que afectan el desempeño. En algunos casos se dan disfunciones temporales, en otras, permanentes.
Para Pilar Robles, asesora de oncología de Bayer, existen dos tipos de problemas físicos principales: los relacionados con la enfermedad en sí y los relacionados con el tratamiento.
“El cáncer como tal afecta paquetes neuronales. La próstata se contrae y esto puede desencadenar incomodidad o dolor al tener relaciones y al eyacular”, manifestó la especialista.
Algunas de las personas requerirán inyecciones para evitar o aminorar el crecimiento de la próstata.
“Es un cáncer hormonodependiente, estas inyecciones suprimen testosterona, es como llevarlos a una ‘menopausia androgénica’. Esto también puede llevar a falta de deseo sexual”, indicó Robles.
Por otra parte, tanto la quimioterapia como la radioterapia podrían provocar otro tipo de consecuencias como problemas de erección o incontinencia urinaria, y esto impactar en la actividad sexual.
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¿Qué hacer?
Lo más importante, de acuerdo con Robles y con Ramos es que el paciente tenga acceso a evacuar todas las dudas que tenga sobre el impacto del cáncer en su vida sexual. El médico debe decirle claramente qué puede suceder para que no lo tome por sorpresa.
“Se le recomienda a la persona mantener su actividad sexual. Es posible que esta baje un poco, pero es bueno no abandonarla, porque así será más fácil tratar una posible disfunción”, comenta Ramos.
Robles insiste en que lo más recomendable es que, por más pareja estable que tenga el paciente, se utilice preservativo en caso de estar recibiendo quimioterapia.
En los hombres más jóvenes y que aún no son padres y quieren serlo, una recomendación es acudir a un banco de esperma, porque el tratamiento podría afectar la producción de espermatozoides.
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