Si tomamos los seis tipos de cáncer más letales en Costa Rica: mama, estómago, próstata, colon, cérvix y pulmones, nos encontramos con una realidad. Todos ellos, menos el de pulmón, cuentan con una prueba de detección temprana.
Con las mamas se tiene la mamografía, con la próstata, exámenes de antígeno prostático y tacto rectal, que pueden incluso identificar crecimientos antes de que se vuelvan tumores; con el colon se tiene la colonoscopia para ver anomalías y para el cérvix hay citologías y pruebas del virus del papiloma humano ,capaces de detectar lesiones antes de convertirse en cáncer, ¿pero qué sucede con los pulmones?
Este tumor no solo es silencioso, sino que para diagnosticarlo se requiere una tomografía axial computadorizada (TAC) o una resonancia magnética y luego una biopsia, la cual depende de la orden de un médico. El primer paso podría ser una radiografía, pero tampoco está al alcance de todos.
Por esta razón, frecuentemente se detecta de forma tardía, lo que aumenta la letalidad y, en cambio, hace que la sobrevida cinco años después del diagnóstico (medida estándar para analizar el impacto del cáncer) sea baja si se compara con otros tipos.
Con estas consideraciones, la Asociación Unidos contra el Cáncer contactó a los especialistas en Epidemiología y salud pública Adolfo Ortiz Barboza y Rebeca Alvarado Prado, respectivamente, para realizar un estudio epidemiológico que permitiera ver la realidad nacional y señalara cuáles son las necesidades de los pacientes. Este estudio contó con el apoyo de la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA).
Allí se constató que, mientras que el 80% de los costarricenses diagnosticados con tumores mamarios llegan a los cinco años, en el cáncer de pulmón es del 20,31%. La mitad de los pacientes falleció entre cuatro y cinco meses después de su diagnóstico.
De acuerdo con Ortiz, en Costa Rica se estiman 409 casos y mueren 374 personas por año. Es uno de los cánceres más temidos porque tiene una de las sobrevidas más bajas y nunca se ha visibilizado eso.
“No solo es un cáncer muy letal, en el que mueren muchas personas que lo desarrollan, también mueren muy rápido, y en eso, vemos que el diagnóstico tardío puede explicarlo en gran parte”, advirtió Alvarado.
“Cuatro de cada cinco se quedan en el camino a los cinco años. Pulmón es el gran reto de cáncer en el país”, destacó Ortiz.
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El estudio
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Los investigadores se propusieron obtener cuatro productos: un análisis epidemiológico de la situación país, el segundo producto fue una exploración de qué recibe la persona de parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y del Ministerio de Salud y de parte de la sociedad civil organizada y, finalmente, se hizo un estudio exploratorio de tipo cualitativo con los pacientes para ver sus necesidades y las barreras que encontraban en su atención, se escuchó cuáles eran esas percepciones de su enfermedad.
“Es la primera vez que se visibiliza al paciente con cáncer de pulmón”, expresó Ortiz.
Según Alvarado, se quiso no solo tirar números, sino también ver la respuesta institucional para estas personas y el apoyo que reciben de la sociedad.
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¿Qué dicen los números?
Lo primero es una buena noticia, y es que desde el año 2000, tanto en hombres como en mujeres, la incidencia (nuevos casos) ha ido disminuyendo. Aunque no puede demostrarse una causa-efecto, en este periodo también entró en vigencia la implementación del convenio marco del tabaco y, posteriormente, la Ley 9028, que prohíbe, entre otras cosas, el fumado en sitios públicos.
“No podemos decir que una cosa lleva a la otra porque este estudio no se hizo para medir el impacto de la ley antitabaco, para eso haría falta otro estudio”, aclaró Ortiz.
A partir de ese momento, señaló Alvarado, se vienen realizando esfuerzos para eliminar el impacto del tabaco, lo que podría tener algún tipo de impacto en estos números.
“Los científicos han dicho que el consumo de tabaco realmente se ve hasta 40 años después, todavía falta tiempo para determinarlo, pero sí podría tener una incidencia”, dijo.
Si vemos la mortalidad, esta más bien ha crecido entre 1994 y 2019 (año más reciente para el cual hay datos); en los hombres ha aumentado en un 8% y en las mujeres en un 5%.
“Aunque la incidencia ha ido bajando la mortalidad no lo ha hecho, porque esta toma más tiempo en verse reflejada, la prevención se podría ver reflejada varios años después“, expresó.
Los hombres, personas entre los 60 y 80 años, y vecinos del Valle Central son los más afectados.
De lo que más llamó la atención es que un 60% de los casos se diagnosticaron por biopsia, como se esperaría, pero hubo poco más del 20% que se determinó por el certificado de defunción, es decir, hasta que la persona falleció.
Los cantones con mayor mortalidad entre 2000 y 2019 fueron San Mateo, con 10,6 muertes por cada 100.000 habitantes; Dota, con 10,2; Osa con 9,1; Atenas, con 8,8 y Moravia, con 8,7. En cambio, la mortalidad fue más baja en Buenos Aires, con 2,2 decesos por 100.000 habitantes; Acosta, con 2,7; Alfaro Ruiz y Matina, con 2,8 y Tilarán, con 3,2.
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Atención
Cuando se revisó la atención de la CCSS, se encontró que en el papel sí existen lineamientos para tratar casos de sospecha de este cáncer y cómo debe procederse desde el primer nivel de atención. La siguiente parte del estudio explorará con los médicos generales del primer nivel, si están al tanto y ponen en práctica dichos lineamientos.
También se rescata el papel de las asociaciones de pacientes para dar acompañamiento y apoyo a las personas y sus familias.
Se encontró, además, que el sector privado, en farmacéuticas y laboratorios, también da apoyo principalmente hacia las asociaciones de pacientes.
¿Y qué dicen los pacientes?
Para tener la voz del paciente se hizo un estudio cualitativo con ocho pacientes y tres familiares. Una de las principales observaciones es que la voz de alerta de sospecha de cáncer se dio principalmente desde el sector privado de salud y no desde la seguridad social.
“Ya a partir de ese servicio, que se les refiere a un examen más especializado y luego se dirige a la CCSS”, destacó.
Solo un caso no fue así, puntualizó Alvarado, a uno de ellos, como fumador, se le hicieron otros exámenes en la seguridad social que están dentro de lineamiento, así fue como se descubrió su cáncer.
Todos los pacientes dijeron sentir un estigma a los fumadores, que de alguna forma los estaban responsabilizando, cuando no todos eran fumadores activos y no todos los casos de cáncer están directamente ligados con el tabaco.
Otra barrera, en las personas de zona rural, es que el traslado dificultaba ir a citas, no solo por barreras económicas, también de distancia y tiempo.
Allí los investigadores vieron también lo que los números le decían de lo letal y rápida que es esta enfermedad.
“Nosotros los entrevistamos en enero, los llamamos el mes pasado para compartirles los resultados y la mitad habían muerto”, subrayó Alvarado.
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¿Qué hacer?
Lo primero sería no fumar del todo o dejar de fumar si ya se hace. El tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo para este cáncer. Afortunadamente, nuestro país ha logrado bajar la incidencia del fumado desde 2010, cuando el 14,15% de los mayores de 20 años fumaba, a un 11,1% en 2018. Aunque las mujeres fuman menos, son los hombres los que han mostrado la disminución en esta época, al pasar de 21,7% a un 15,6% en dicho período, las mujeres se mantuvieron en un 6,6%.
Otras medidas que pueden tomarse son:
- Evitar el fumado pasivo y alejarnos de otras personas mientras estén fumando.
- Evitar cocinar con leña o estar cerca de cuando se cocina con leña.
- Evitar la exposición a químicos como arsénico, asbesto, berilio, cromo, radón, uranio, níquel, cadmio y cloruro de vinilo.
Sin embargo, Alvarado hizo una salvedad: “hemos asociado tanto que el fumado causa cáncer de pulmón que si yo no soy fumadora voy a sentir que no me va a dar cáncer, y eso podría hacerme ya buscar atención muy tarde”.
El siguiente paso es detectar posibles señales que nos podrían indicar que algo no anda bien y así detectar de forma temprana.
- Tos persistente (de más de dos o tres semanas)
- Flemas con sangre
- Dolor en el pecho
- Ronquera que no se quita o es muy recurrente
- Falta de aire
- Pérdida de peso
- Pérdida de apetito
- Neumonía recurrente o bronquitis
- Sensación de cansancio o debilidad
- En los fumadores, el ritmo habitual de la tos se altera y aparecen crisis en horarios no comunes
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¿Qué sigue?
Además de ver el conocimiento de los médicos sobre el lineamiento se verá en qué estadío llegan los pacientes a buscar atención médica, la adherencia al tratamiento, los tipos de tratamiento disponibles.
Para ello se trabajará con los pacientes de la red de servicios de salud del Hospital México.
Esta parte del estudio comenzará a inicios del año entrante y se desarrollará durante todo el año.