A través de técnicas de respiración y relajación, un esfuerzo voluntario busca disminuir los niveles de estrés y de violencia en las poblaciones carcelarias del país.
La iniciativa es de la Fundación Internacional El Arte de Vivir y se inició ayer en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, entidad que autorizó, en una primera etapa, la participación de 25 privadas de libertad.
Joanna Cruz, instructora de la fundación en Costa Rica, explicó que los beneficios del curso son inmediatos y palpables. Estos van desde un estado de bienestar profundo, una mente tranquila, hasta brindar herramientas idóneas para el manejo de las emociones.
“Las técnicas de respiración ayudan a estar en el momento presente, único momento en el que somos felices. Desde una primera meditación ya escuchamos frases en días posteriores como: –Vieras que rico que dormí”, comentó Cruz.
Para María de los Ángeles Chaves, directora del centro penitenciario, la apertura a este tipo de actividades responde a una responsabilidad institucional de brindar espacios que aumenten el bienestar, la salud y el autoestima de las reclusas.
De acuerdo con Chaves, todas ellas son mujeres que deben sobrellevar problemas de violencia, adicción y de separación de sus hijos, entre otros.
“Buscamos en estos programas un beneficio colectivo, por ejemplo, la privada al lograr una mayor tolerancia evita conflictos y es ahí donde el resto de la población sale beneficiada”, dijo la directora.
El Departamento de Orientación de la institución, bajo previo seguimiento, determina cuáles mujeres pueden participar de estos cursos o en su defecto, de otros espacios culturales y religiosos que también son impartidos por otros grupos de voluntarios.
La Fundación también ha visitado otros centros como la cárcel La Reforma, en San Sebastián.