Quienes controlan con medicamentos su nivel del llamado colesterol malo en la sangre (LDL), pronto tendrán un cambio en su tratamiento.
La Asociación Americana del Corazón y el Colegio de Cardiólogos presentaron nuevas recomendaciones que no tienen muy felices a las casas farmacéuticas.
El nuevo enfoque del tratamiento se orientará a reducir el riesgo de que el paciente sufra un ataque al corazón, más que en “llegar” a un índice idóneo de colesterol LDL, como sucedía hasta ahora.
Además, los expertos sugieren que todas las personas con diabetes, enfermedades cardiovasculares e índices de colesterol LDL superiores a 190 o un riesgo de infarto superior al 7,5%, serían candidatas al tratamiento con estatinas.
Este último riesgo se mide tomando en cuenta el historial médico y la edad, entre otros factores.
Las estatinas son medicamentos utilizados para bajar los niveles de LDL y prevenir posibles ataques al corazón.
Aún no se sabe con certeza si aumentarán las personas que se deberán medicar con estatinas: las mujeres y personas afrodescendientes, quienes junto con otros factores tienen un mayor riesgo de sufrir un evento cardiovascular, están más propensas a recibir un tratamiento con estatinas.
Quienes solo las utilizan para reducir sus niveles de colesterol LDL, pero tienen un bajo riesgo de sufrir un ataque cardíaco, posiblemente ya no las requieran.
Para estas personas, un cambio en su estilo de vida mediante el ejercicio y la alimentación sana, debería ser suficiente.
Así las cosas, expertos creen que el número de personas que pasarían a un régimen de estatinas podría duplicarse en poco tiempo.
Adicionalmente, se desaconseja el suministrar fármacos complementarios a las estatinas, pues estos solo contribuyen a reducir los niveles de LDL, pero no el riesgo de un eventual problema cardíaco.
Por esto, su uso no compensa los posibles efectos secundarios que puedan sucederle al paciente.