Conforme se flexibilizan las restricciones sanitarias en Costa Rica, los centros de trabajo enfrentan mayores retos para evitar, atender y mitigar posibles brotes de covid-19 en sus instalaciones, especialmente en los que el teletrabajo o el distanciamiento físico no es posible.
Las autopruebas para detectar la presencia del SARS-CoV-2, virus causante de la enfermedad, que comenzaron a llegar al país a finales de enero, son una opción para algunas empresas.
Sin embargo, su uso no es factible en todos los casos y, cuando sí lo es, debe hacerse con un plan estratificado y detallado, señalan especialistas de la Asociación Costarricense de Medicina del Trabajo. De esta forma, es como realmente se podrá aprovechar el potencial de estos insumos.
“Los lugares de trabajo deben tener bases y procedimientos para la autoprueba: dónde la aplico, a quiénes, cada cuánto, en qué condiciones. Saber qué se hará con los casos detectados como positivos y con sus contactos en la organización. No es simplemente de comprar unas cuantas pruebas y comenzar a aplicarlas”, enfatizó Viviana Gómez, presidenta de dicha asociación.
La especialista añadió que no hay una receta y esto dependerá del tipo de organización, de la cantidad de funcionarios, del espacio y funciones que realicen, de si hay posibilidad de teletrabajo, de si hay muchos casos en la comunidad donde se ubica la empresa o de si hay un brote dentro de la compañía.
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Pruebas de tamizaje, no diagnósticas
Las autopruebas tienen indicaciones de uso muy específicas y no sustituyen a las pruebas de laboratorio. Son pruebas de tamizaje, no de diagnóstico. Tampoco pueden tomarse a la ligera y utilizarse como si fueran “confites” para conocer el resultado por una simple curiosidad.
Eso sí, estos exámenes no aplican para todos los casos. Se deben hacer cuando el trabajador presenta síntomas o si tuvo contacto con una persona positiva; en este último caso, si no hay síntomas deben esperarse al menos cinco días desde el contacto.
También pueden realizarse en forma de tamizaje para asistir a eventos o en centros educativos o de trabajo. En esta nota exploramos en qué circunstancias es recomendable esta prueba y cómo realizarla.
Los exámenes están disponibles en diferentes marcas en las principales farmacias del país. En esta nota detallamos sus precios y opciones. Dentro de dos semanas, una opción nueva se sumará a Costa Rica: PanBio, de la farmacéutica Abbott, cuyo precio rondará entre los ¢10.800 y ¢12.500, según estimó la compañía.
Oscar Guerra, director médico y científico para Latinoamérica de Abbott, señaló que una prueba positiva indica que hay proteínas del virus. En estos casos, la persona debe quedarse en casa, informar a sus contactos y estar vigilante de sus síntomas por si llegara a necesitar mayor atención.
Si da negativa, pero se tienen síntomas, la persona deberá seguir aislada y esperar entre 24 y 48 horas y realizarse una segunda prueba, ya que puede ser que en ese momento no tuviera suficientes virus para ser detectado en el examen o que hubiera errores en la toma de la muestra.
En contextos laborales, una prueba como estas puede ser de utilidad para tomar decisiones sobre las medidas a ejecutar, sobre si motivar a algún trabajador o departamento a trabajar desde el hogar o si deben tomarse más medidas para minimizar las posibilidades de contagio.
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¿Qué deben tomar en cuenta las empresas?
Gómez indicó que lo primordial es que, en el caso de las compañías más grandes, el plan se trace junto con los departamentos de medicina de empresa, salud ocupacional y recursos humanos, pues se debe tener un plan integral. En el caso de las más pequeñas, todos los empleados deben estar involucrados.
“Puede hacerse en todo el personal o decidirse a quiénes sí y quiénes no, pero debe saberse basado en qué se hará, en quiénes tienen mayor riesgo de exposición al virus por el tipo de trabajo que realizan. O a los trabajadores con mayor riesgo de complicarse si llegaran a infectarse porque tienen enfermedades de fondo.
“O, más bien, en quiénes por su actividad no pueden guardar distanciamiento de sus compañeros. O hacerlas aleatorias. Todo es válido y dependerá de la empresa, pero sí debe tenerse por escrito en el plan”, puntualizó.
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También debe saberse cada cuánto desean utilizarse, para tener un número suficiente de pruebas en su inventario. Y, lo más importante, saber qué acciones tomar si se dan uno o más casos positivos o un brote dentro de la empresa.
Otra opción, que puede servir especialmente para quienes realizan algunos días de teletrabajo, es darle a las personas las pruebas para que ellas mismos se las realicen en sus casas uno o dos días antes del día que deban presentarse a la oficina.
“Esto va a depender de la actividad de la empresa, de su contacto con el público o de las posibilidades de teletrabajo. También debe medirse el impacto que debe tenerse si se tienen menos personas en presencialidad”, manifestó.
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