Esta semana quedó en pausa la vacunación contra covid-19 con el fármaco de la empresa Johnson & Johnson, por decisión del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Alimentos y Medicamentos de ese país (FDA).
Ocurrió en momentos en que Costa Rica busca reunirse con los representantes de esa farmacéutica para analizar la posibilidad de traer el inyectable al país.
La pausa se mantendrá por al menos “una semana o diez días”, cuando volverán a estudiar la información que surja.
La medida se tomó luego de que el Sistema de Reporte de Eventos Adversos por Vacuna (VAERS, por sus siglas en inglés), recibió información de trombos (o coágulos) en el cerebro en seis de las 7,2 millones de personas vacunadas con ese producto.
Todas las afectadas eran mujeres y sus edades variaban entre los 18 y los 48 años. Una falleció.
Durante los ensayos clínicos, hubo otros dos casos, uno de ellos en un hombre de 25 años.
Este producto, de una sola dosis, comenzó a aplicarse el pasado 2 de marzo en Estados Unidos. Quienes experimentaron este fenómeno tenían entre 5 y 20 días de vacunados.
Para el virólogo costarricense Christian Marín y la hematóloga estadounidense Angela Weyand, esta pausa para revisión indica que los entes reguladores velan por la seguridad del producto.
“Es para tener seguridad de cómo funciona el producto y ver si estos eventos están relacionados con la vacuna, cuán frecuentes son y darles a los médicos insumos de cómo tratarlos”, destacó Marín.
Weyand, en entrevista con La Nación, apuntó: “Es señal de cautela, para conocer lo que podría suceder aun en los casos más, más raros. Esto ayuda a tomar decisiones”.
Ambos señalan que es importante estudiar el fenómeno, pues el tratamiento puede ser no exactamente el mismo que el de una trombosis normal.
Por ejemplo, explicó Weyand, usualmente la trombosis se trata con heparina, un tipo de anticoagulante, pero en los casos vistos con estas vacunas, las autoridades estadounidenses indican no utilizarla.
También se habían observado trombos con la vacuna de la empresa AstraZeneca en países europeos.
En esa situación, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), confirmó la posibilidad de que este fenómeno sea un evento adverso “extremadamente raro”. Con esta vacuna, se observaron trombos no solo en el cerebro, también en el abdomen y pulmones.
La frecuencia con la que se dan estos efectos es muy, muy rara. Es mucho más frecuente en quienes tienen covid-19 (cerca de 2 de cada 100 pacientes y uno de cada 10 hospitalizados).
¿Qué le sucede al cuerpo?: Trombos y baja en plaquetas
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El fenómeno observado de forma muy poco frecuente en quienes reciben esta vacuna es conocido como trombocitopenia trombótica inmune inducida por vacunas (VITT, por sus siglas en inglés).
Durante unos días se conoció como trombocitopenia protrombótica inducida por vacuna (VIPIT, por sus siglas en inglés), su nombre cambió para uniformarlo en las publicaciones científicas.
Para entender lo que sucede es bueno analizar por partes:
Trombocitopenia es una condición en la que las personas tienen sus plaquetas bajas.
Trombótica significa que hay tendencia a la formación de trombos o coágulos.
¿Qué sucedería? Las plaquetas son células encargadas de hacer que la sangre coagule cuando así lo necesita. Si están en niveles muy bajos, el riesgo de un sangrado excesivo es mayor.
Este exceso de sangre podría solidificarse y formar trombos que se queden adheridos a algún vaso sanguíneo y obstaculicen la circulación normal.
Cuando se presenta una VITT, las plaquetas se “activan” y producen una mayor formación de trombos.
Cabe hacer la salvedad de que este fenómeno también se ha visto de forma muy infrecuente en otro tipo de inoculaciones, como la que se usa contra el virus del papiloma humano (VPH).
Las personas podrían experimentar, como primeros signos, dificultad para respirar, dolor de pecho, hinchazón en las piernas, dolor abdominal persistente, dolor de cabeza severo, visión borrosa, o manchas de sangre debajo de la piel en el sitio de la inyección.
La VITT es tratable con medicamentos y la gran mayoría de personas se recupera.
¿Cuál es el ‘disparador’ VITT?
De momento, se desconoce qué lleva a unas pocas personas a desarrollar este síndrome.
Una hipótesis es que sea consecuencia de una reacción autoinmune, en el que el sistema inmunitario actúa más de la cuenta y ataca al mismo cuerpo.
¿Cómo? Las vacunas contra la covid-19 inducen al organismo a formar anticuerpos para combatir al virus. Estos se acoplan a las proteínas virales y las “marca” para su destrucción.
Los anticuerpos también activan las plaquetas. En este caso, podrían activar también un antígeno (sustancia que induce una reacción inmune) llamado factor plaquetario 4, o FP4. Esta sustancia es clave.
Por alguna razón que aún se estudia, el organismo genera anticuerpos que atacarían no solo al virus, también al FP4, y esto activaría de forma desproporcionada a las plaquetas, lo que motivaría la aparición de trombos.
De acuerdo con Weyand, el que aparentemente sea un trastorno autoinmune explicaría por qué las mujeres menores de 50 años son más propensas a este raro trastorno. El sistema inmunitario de las mujeres funciona diferente al de los hombres y está más propenso a males autoinmunes, y esto es más frecuente cuanto más joven es la mujer.
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Ambas vacunas usan la misma tecnología, ¿esto influye?
La VITT no se observa en vacunas que utilizan la tecnología de ARN mensajero, como la de Pfizer o la de Moderna.
Hasta el momento se ha visto únicamente en casos muy aislados de vacunados con AstraZeneca y Johnson & Johnson. Ambos fármacos utilizan una misma tecnología para activar nuestras defensas.
Esta tecnología se llama adenovirus no replicante.
Como explica Cristian Marín, ambas tecnologías le dan instrucciones a las células para producir la proteína S, que es la que le permite la entrada al cuerpo al virus. Solo que la de ARN mensajero utiliza como “vehículo” un tipo de grasa, y las vacunas de adenovirus utilizan como “transporte” un tipo de virus que no causa enfermedad en el ser humano.
¿Tiene esto que ver con la aparición de la VITT? Para Marín, la plataforma específica de adenovirus sí puede estar relacionada, pero faltan más estudios para saber hasta qué punto y la forma en la que lo causa.
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Así funcionan las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Jonhson
Esta técnica se llama vector viral no replicante y utiliza un virus que no puede afectar al ser humano como "vehículo" para entrar en nuestro cuerpo.
FUENTE: OMS, AstraZeneca, Instituto Gamaleya || J.C. INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
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Beneficios son “abultadamente” mayores que riesgos
Tanto Marín como Weyand son enfáticos en que los beneficios son mucho mayores a los riesgos y que esta pausa con la vacunación de Johnson & Johnson será solo temporal.
Marín insistió en que los costarricenses no deben tener miedo de vacunarse con el producto de AstraZeneca (que ya está en nuestro país a la espera de los protocolos de la CCSS) o con el de Johnson & Johnson , si este eventualmente llegara a suelo tico.
Los trombos son más frecuentes en quienes usan, por ejemplo, anticonceptivos orales, en donde se ve en uno de cada 2.000 casos.
Con covid-19, enfermedad que se busca prevenir con la vacuna, se han visto trombos en cerca del 2% de los casos.
“El beneficios es muchas órdenes de magnitud mayor que el riesgo. Abultadamente mayores. Las autoridades deben evaluar cualquier riesgo, por más ínfimo que sea, pero podemos confiar en los resultados de los análisis y que, hasta el momento, las vacunas han salvado miles de vidas”, concluyó Marín.
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